BUSCAR       RIO NEGRO    WEB     
TITULOS SECCIONES SUPLEMENTOS OPINION CLASIFICADOS SERVICIOS NUESTRO DIARIO PRODUCTOS
 
Domingo 13 de Mayo de 2007
 
Edicion impresa pag. 26 y 27 >
"Sólo política"
La Casa de Gobierno transmite por estos días una sensación de caída. El de hoy es un Sobisch más reflexivo que busca recuperar credibilidad.

Es difícil por estos días visitar la Casa de Gobierno sin experimentar cierta aprensión. Ese edificio con vagas aspiraciones de fuerte presenta un aspecto deplorable. Muros ennegrecidos de pintura alquitranada, persianas y puertas chamuscadas, leyendas entre dramáticas y soeces... un abandono que, inexplicablemente, persiste a pesar de los días y contribuye a transmitir una sensación de derrumbe y cercano final. Adentro, los pasillos vacíos de viernes por la tarde, una pila de computadoras y muebles de escritorio desarmados en una esquina y el puñado de policías aburridos de la custodia contribuyen a sugerir que alguna gente ha comenzado a abandonar el barco. La serena belleza de los jardines, un tanto descuidados en medio del otoño, acentúa el clima de melancolía.

Desde luego, no es más que una fugaz percepción que se disipa con la cordialidad de los funcionarios que rodean al gobernador y con la actitud del propio Sobisch que sonríe, impecable, desde un despacho tapizado en buena madera y pletórico de bellos cuadros y valiosos adornos.

Pero si a pesar del café, los infaltables cumplidos y hasta los caramelos la sensación de vértigo persiste al salir, es porque el cuadro subraya una realidad: el gobierno ha salido maltrecho de la muerte de Fuentealba y la crisis institucional largamente incubada se acentúa por el trágico desenlace. Para peor, este escenario asoma cuando la gestión está llegando a su fin ¿podría ser de otra forma? y los atributos del poder tienden a esfumarse aceleradamente.

El propio Sobisch ha salido chamuscado de la coyuntura. Por eso, transcurridos algunos días y con el conflicto docente aplacado, el gobernador trata ahora de recuperar el control político y de impedir que a 20 días de las elecciones la onda expansiva termine por dañar severamente al candidato de su partido y, con ello, hacer irreparables, para él y para esa sagrada cofradía que es el MPN, las consecuencias del desmadre.

Este es un Sobisch más reflexivo y abierto. Ha descendido de las alturas del poder y no desdeña dialogar a agenda abierta, sin paracaídas, con la prensa independiente. Necesita dramáticamente recuperar credibilidad y sabe que, en buena medida, eso depende de su capacidad para transmitir una imagen más sencilla, permeable, humana.

Hasta tiene tiempo para aclarar que, en realidad, nunca se ha peleado con los medios ni con la oposición, que lo suyo "es sólo política", nada personal, como el consabido "just business" estadounidense. Inclusive, echa una mirada atrás para admitir que habría sido "lindo llegar hasta acá sin tener que haberme peleado tanto". Aunque enseguida aclara: "Capaz que (si no lo hubiera hecho) no llegaba", dejando entrever que, a pesar de todo, acumula no poca satisfacción personal.

Precisamente, ésa es la pregunta que queda siempre flotando cuando se trata de caudillos como Sobisch: ¿realmente ha llegado al lugar que se proponía desde el punto de vista personal y sobre todo político o en cualquier momento, quién sabe cuándo, dobla la apuesta y va por más?

Por lo pronto, el gobernador ha admitido ante periodistas de este diario que se ha visto obligado a realizar un impasse en su candidatura presidencial porque su responsabilidad como mandatario y como jefe del principal partido local así se lo exigía ante la aguda crisis que atraviesa la provincia. Ha aclarado, además, que recién después del 3 de junio, cuando un nuevo gobernador haya sido elegido, decidirá si continúa o no con su apuesta nacional, lo que para un hombre dueño de un optimismo casi ciego equivale a relativizar fuertemente la posibilidad.

"Cuando uno cumplió un ciclo explica Sobisch tiene que retirarse". Enseguida advierte que, aunque deje la campaña presidencial, no abandonará el partido El Movimiento que creó a nivel nacional, pero subraya que bajo ningún concepto aceptará candidatearse a senador o diputado nacional y menos aún nuevamente a gobernador en 2011. "Después del 3 de junio reitera su antigua promesa, (me voy) para arriba o para afuera".

Eso sí, Sobisch reafirma su fe en el destino cuando asegura que el nuevo gobernador será el candidato de su partido, Jorge Sapag, y hasta admite sin rubor que preparó un "escenario favorable" para que él gane. Por si hiciera falta, apela a las encuestas que, asegura, dan a su ex vice "más de 10 puntos" de ventaja sobre su competidor más cercano, "Pechi" Quiroga.

La política argentina está saturada de encuestas y consultores; del presidente para abajo toda la clase política profesa esa religión y, en ese afán, nadie da un paso sin "medir" las consecuencias con un sondeo previo. Es como un juego compulsivo que cada vez deja menos lugar para ideas y principios y mucho menos para la espontaneidad.

Sobisch también admite que, si en algún momento se enfrentó con "Río Negro", acaso fue porque pensó que podía convenirle. Y no se puede menos que pensar en las recetas de los especialistas en instalar candidatos y elegir sus "amigos" y sus "adversarios". La política es hoy puro marketing y feroz competencia. Por eso en la charla con este diario Sobisch tampoco desperdició la oportunidad para despellejar a Kirchner. "Me quiso voltear pero le pasó lo mismo en su provincia", apuntó y agregó que el presidente "atropelló la institucionalidad de Santa Cruz sacando y poniendo gobernadores" a su antojo.

La verdad es que cualquiera tiene derecho a dudar, consecuentemente con lo que se lleva dicho más arriba, sobre cuál habría sido el alineamiento nacional de Sobisch si el actual presidente fuera de centroderecha.

 

HECTOR MAURIÑO

vasco@rionegro.com.ar

 
haga su comentario
 
 
 
BUSCADOR
Google
Web Río Negro
Documento sin título
 
 
Debates
Vacío democrático difícil de llenar
 
 
Eh
Distinta
 
 
Económico
La herencia
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
Todos los derechos reservados Copyright 2006