ROMA.- Cientos de miles de personas, incluyendo familias con niños, colmaron ayer una plaza de Roma para protestar por un proyecto de ley del gobierno que concedería derechos legales a las parejas que no están casadas, entre ellas las del mismo género.
La iniciativa, que espera la aprobación del Parlamento, ha estado en el centro del debate y ha dividido a la población en momentos que el papa Benedicto XVI efectúa llamamientos para defender la familia tradicional. Cientos de autobuses llegaron a Roma desde diferentes lugares del país. La multitud agitaba globos y los niños se entretenían con payasos, acróbatas y artistas que caminaban en zancos, mientras la plaza de San Juan Lutero se llenaba de gente.
Hacia el mediodía de ayer varios miles de personas habían llenado la plaza. Los organizadores dijeron que habían asistido cerca de medio millón de personas, mientras que la policía dijo que eran 250.000, bastante más de las 100.000 que se esperaban. "Vivir juntos no es una familia", dijo Anna Manara, una manifestante de 58 años. "Un compromiso como el matrimonio fortalece el lazo, mientras otros modelos hacen más fácil la unión y en consecuencia lo convierten en algo menos valioso".
Entre los organizadores de la marcha del "Día de la familia" figuraban grupos católicos y asociaciones de familias. Si bien los obispos italianos apoyaron la manifestación, no había sido organizada por el Vaticano ni por la conferencia de obispos italianos.
Benedicto envió un mensaje desde Brasil en la víspera de la marcha, en el que criticó a la cultura popular por alentar la inmoralidad sexual y destruir la santidad del matrimonio. "Es necesario oponerse a esos elementos de los medios que ridiculizan la santidad del matrimonio y la virginidad antes del matrimonio", expresó el Papa el viernes.
El proyecto fue aprobado en febrero por el gabinete del gobierno de centro-izquierda del primer ministro Romano Prodi.
En lugar de legalizar el matrimonio de las parejas homosexuales como España y otros países europeos la iniciativa allana el camino para que las parejas que no están casadas y viven juntas, tengan derecho de visitas hospitalarias y de herencia, entre otras cosas.
Los críticos, incluyendo los organizadores de la protesta, sostienen que el proyecto de ley desmantelaría lo que consideran como el núcleo de la sociedad: la familia tradicional basada en el matrimonio entre una mujer y un hombre.
Quienes lo respaldan, creen que no crea un modelo de familia alternativo y aseguran que el reconocimiento de derechos básicos de personas que viven juntas sin estar casadas hará a Italia un país más civilizado. Los partidarios del proyecto realizaron también una manifestación en favor de la iniciativa el sábado en Roma. "El concepto de la familia tradicional es anacrónico", manifestó Alessandro Rotondi, un joven de 33 años que participó en la manifestación de los sectores que apoyan el proyecto del gobierno, realizada en una plaza ubicada a unos 3 kilómetros (1,8 millas) de la otra protesta.