Esta vez, River zafó de que le clausuren el estadio. A pesar de la brutal gresca del domingo pasado, el equipo de Daniel Passarella podrá seguir jugando de local en el Monumental. Ayer, luego del allanamiento del estadio de Núñez, fuentes judiciales afirmaron que no pedirán el cierre de sus instalaciones, como sí ocurrió a fines de febrero, tras la denominada 'batalla de los quinchos'.
El comisario Mario Morales, del Departamento de Conductas Delictivas de la Policía Federal, confirmó que se encontraron tres casquillos de bala fuera del estadio, además de incautarse videos donde se registraron escenas de la violencia desatada luego del clásico con Independiente.
Como saldo de esos enfrentamientos entre dos grupos antagónicos de la barra brava riverplatense fueron heridas cinco personas, cuatro mayores y un menor. Por ello en la víspera la Fiscalía Criminal del Distrito Saavedra-Núñez escrutó las instalaciones del estadio riverplatense y sus alrededores, aunque a la luz de las pruebas recabadas, en principio no existen motivos valederos como para ordenar la clausura.
El allanamiento estuvo a cargo de la fiscal María de los Angeles Gutiérrez, que ya trabajó en la anterior ocasión, cuando se produjeron los incidentes antes del primer partido del torneo Clausura con Lanús. En esa oportunidad se resolvió clausurar las instalaciones del club y suspender por tres jornadas el estadio de fútbol.
Por su parte, José María Aguilar, pidió que la Justicia trate al club de Núñez "como a los otros". Si bien no lo dijo expresamente, allegados a Aguilar confirmaron que el Aguilar reclamó un trato igualitario porque considera que la Justicia fue "mucho más benévola con Boca" cuando 'La Doce' generó hechos de violencia. Y sobre si el choque entre las barras comenzó dentro o fuera del estadio, respondió: "Como ciudadano y hombre de River, si la cuestión fue veinte metros adentro o afuera, poco importa. River hizo exactamente todo lo que tenía que hacer".