La barbarie que sacude a River volvió a repercutir con fuerzas en los despachos de la Casa Rosada.

Ayer el omnipresente ministro del Interior, Aníbal Fernández, aseguró que el gobierno K mantiene los ojos atentos a los graves hechos de violencia que golpean al 'Millonario' y, como de costumbre, también atacó a la prensa luego de criticado por levantar la suspensión del Monumental.

Según dijo Fernández, la administración de Kirchner colaborará con el presidente José Luis Aguilar, sumergido en una tempestad deportiva e institucional.

"Con Aguilar estamos buscando alternativas y soluciones" al flagelo. manifestó uno de los habituales voceros del presidente.

River es una hoguera. Y ya desde hace largo tiempo. En la primera fecha del torneo, frente a Lanús, se produjo la tristemente célebre 'Batalla de los quinchos' (11 de febrero), donde se registró un herido de bala y dos de arma blanca.

Aquella vez el estadio 'millonario' fue suspendido por cinco fechas, pero Fernández se encargó de reducir la pena. Consultado sobre ello, criticó a la prensa. "La libertad de lengua que ofrecen los micrófonos a veces hacen tanto daño", se quejó.

Interrogado sobre el nuevo incidente, que arrojó como saldo tres heridos de arma blanca, y el ataque a balazos a la vivienda de Adrián Rousseau, líder de una de las barras, Fernández subrayó que "nosotros (en el Gobierno) tenemos por política seguir de cerca lo que está sucediendo. De hecho, en la semana hablamos con el propio presidente del club, hemos estudiado el conflicto, estuvo reunido con nosotros buscando alternativas y soluciones a temas que suponíamos que iban a suceder y no sucedieron más porque los hemos previsto", analizó.