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Miércoles 09 de Mayo de 2007
 
Edicion impresa pag. 45 > Cultura y Espectaculos
Divididos y un show sin respiro
La banda hizo cantar y bailar a unas 3.000 personas que colmaron el gimnasio "Pedro Estremador" de Bariloche. Cuando terminó el recital, Mollo se paseó entre los fanáticos.
"La aplanadora" inició su gira por el sur.
"La aplanadora" inició su gira por el sur.
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Ante un gimnasio colmado, que superó con creces todas las expecta

tivas, el grupo de rock deslumbró al público barilochense. Fue una fiesta total y muchos se quedaron en la puerta, que fue cerrada por motivos de seguridad. Se estima que más de 3.000 personas cantaron y bailaron al ritmo de la aplanadora del rock.

Divididos se presentó en el estadio de Bomberos Voluntarios de la ciudad de Bariloche, en el primer show de la gira que los llevará próximamente a Esquel, Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia.

Luego de siete años de ausencia en los escenarios locales, el grupo integrado por el guitarrista Ricardo Mollo, el bajista Diego Arnedo, y el joven baterista Catriel Ciavarella, brindó un show antológico congregando a una audiencia que colmó las instalaciones del estadio.

El show se inició pasadas las 22:30, y tras arremeter con "Sucio y desprolijo", a modo de homenaje a Norberto Pappo Napolitano, la banda sostuvo por dos horas un caudal de energía escénico que dejó a todos sin respiro.

Sin las presiones que implica la presentación de un nuevo material, y dando rienda suelta la mero placer de tocar en vivo, Mollo y los suyos recorrieron épocas, estilos y no se privaron de ofrecer sus versiones de clásicos de Sumo, como "Nextweek" o "Una noche en New York City". No faltó el clásico pogo ni los pedidos desaforados por escuchar los temas que hicieron que la banda se convirtiera en una marca registrada de la década del noventa, tras la ruptura del grupo liderado por Luca Prodan tras su muerte ocurrida en 1987.

"Cielito lindo", "El 38", "Aladelta", "Nene de antes", "Spaghetti del rock" y su poderosa versión del himno de Jimi Hendrix, "Vodoo Child", hicieron saltar, delirar y bailar a todo el estadio.

No fueron necesarios los bises. Tras anunciar el fin del show, los músicos, sin ocultar el verdadero placer que sentían por estar sobre el escenario siguieron repasando su propia historia.

Ricardo Mollo bajó del escenario, paseó entre la gente, agradeció, alabó la belleza del lugar ("Que no se transforme en otro Buenos Aires", sugirió), teniendo presente en todo momento que se estaba celebrando una auténtica fiesta del rock.

La pasión no puede simularse. Esto quedó más que claro para el público de Bariloche, que recordará por mucho tiempo este nuevo paso de Divididos por la ciudad.

 
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