Domingo 06 de Mayo de 2007 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
Francia abre una nueva página en su historia política
Quien gane hoy se convertirá en el sexto presidente de la V República. Derecha e izquierda, con recetas opuestas, apuntan a salir de la crisis. Fin para los doce años en el poder del conservador Jacques Chirac.

Francia abrirá hoy una nueva página de su Historia, escrita por una nueva generación de políticos que asumirá el poder tras unas elecciones que atraerán la mirada del mundo y podrían provocar una revolución añadida aunque a esta hora poco probable: la llegada de una mujer a la presidencia.

El ganador de las elecciones será el sexto presidente de la V República francesa, nacida hace casi medio siglo, y pondrá fin a los 12 años en el poder del conservador Jacques Chirac.

En la recta final de esta campaña y cuando faltan sólo horas para que 44,5 millones de franceses acudan a votar, los sondeos no dejan lugar a dudas: el candidato conservador Nicolás Sarkozy ganará a la socialista Ségolène Royal por una diferencia de entre seis y ocho puntos.

"Pero los franceses adoran dar la vuelta a elecciones previstas de antemano", advirtió ayer el diario Le Monde.

Dos concepciones diferentes de la sociedad francesa y dos recetas opuestas para sacar al país de la crisis económica y social se enfrentarán en las urnas.

De un lado Sarkozy, de 52 años, apóstol del orden, la seguridad y el valor del trabajo, que defiende ideas bastante polémicas en materia de inmigración o identidad nacional, pero tiene un plan viable y preciso para sacar al país de la crisis económica y promete ser el "portavoz de todo el pueblo francés".

Del otro, Royal, de 53, la primera mujer con posibilidades reales de convertirse en presidenta de un país donde la política de alto nivel siempre fue cosa de hombres, que asegura ser capaz de resolver los males de Francia sin brutalidad y conciliando progreso económico con justicia social.

Más allá de la izquierda y derecha que representan y de los valores que intentarán poner en práctica, Sarkozy y Royal son en sí mismos una bocanada de aire fresco en la clase política de este país, muy conservadora y a menudo alejada de los problemas reales de los ciudadanos.

Sin abandonar las ideas base de la derecha o del socialismo que representan, ambos han querido mostrar una cierta independencia y su deseo de cortar con los errores de sus respectivas familias políticas. "Terminar con la impotencia política" y "dejar atrás un sistema que ya no funciona" o "dar un lugar en la República a sus hijos más débiles" son ideas repetidas en los discursos de ambos candidatos.

Aunque Sarkozy y Royal han sido ministros, ninguno de los dos ha sido jefe de gobierno, nunca se presentaron a unas elecciones presidenciales y no llegan a 55 años. (AFP)

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