El sistema de partidos políticos en la Argentina está deshecho.
" Las lealtades de los dirigentes son frágiles como un papel.
" Los que detentan en cada caso el Poder Ejecutivo son los que mandan, pues controlan los recursos del Estado.
" El presidente Néstor Kirchner busca el contacto directo con la sociedad y convertirse en líder hegemónico.
" Las instituciones republicanas son débiles.
" La novedad histórica, positiva, es que hoy hay solvencia fiscal: se recaudan impuestos después de la anomia brutal que alcanzó su pico en el 2001.
" El problema nacional de fondo es la desigualdad social.
Estas son algunas de las principales conclusiones de un debate realizado este fin de semana en la Feria del Libro sobre el impacto que puede alcanzar el resultado de la elección porteña de junio en los comicios generales de octubre.
El filósofo de origen marxista Juan José Sebreli, enrolado en la concertación cívica de Elisa Carrió que acaba de asumir "el riesgo" de pactar con el intendente Jorge Telerman, planteó
una visión pesimista: confesó que había optado "por el mal menor" y lamentó que todo el electorado del país no sea tan "sofisticado" como el de la Capital Federal.
Curiosamente en sintonía con el ex presidente español Felipe González, un amigo y consejero del matrimonio Kirchner, Sebreli abogó por "terminar con el populismo" que "es una copia del modelo de mediados del siglo XX". Para ello, planteó desde un li
beralismo racional y modernizador, reformas hacia un sistema semiparlamentario (también en concordancia con lo que propone el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni) que ponga fin "a la Argentina unitaria".
El politólogo Natalio Botana puso el acento en la falta de representación política, ante la comprobación de que los partidos tradicionales se transformaron en "facciones". No obstante, mencionó que la ciudad de Buenos Aires, que tanto subyuga a los extranjeros, es la más opositora al poder central. También deploró "la campaña negativa, de chiquero electoral", pese a que las características de la composición de la Legislatura obligará a las diferentes bancadas a "coaligarse".
Recordó "el humor corrosivo de viejo Vizcacha" del extinto Juan Domingo Perón. Y contó que cierta vez, en su presencia, varios simpatizantes revelaron de dónde venían: soy radical, soy conservador, soy socialista, soy comunista. ¿Cómo entre sus adeptos no hay peronistas?, se le preguntó. "¡Ah, no! ¡Peronistas son todos!".
La conclusión de Botana es que aún en la actualidad "perdura el transformismo" que va de Carlos Menem a Néstor Kirchner para darle continuidad a la idea peronista de retener como sea el timón de mando y "subordinar las instituciones al apetito del momento".
Sebreli definió a Kirchner como "un populista de derecha disfrazado de izquierda", a diferencia de Mauricio Macri, al que tildó de "populista de derecha no disfrazado". En la polémica terció el periodista Joaquín Morales Solá, quien resaltó el carácter neomenemista de muchos dirigentes actuales y afirmó que "Macri, el adversario natural, es más funcional a Kirchner, porque el candidato presidencial Ricardo López Murphy no mide bien en las encuestas". Aseveró, además, que en la Rosada ven a Telerman como un "traidor"; así, entre comillas.
Los panelistas coincidieron en que las formas agresivas de Kirchner no son bien recibidas en la Capital Federal, pero agregaron que las despliega porque sabe que tienen una acogida favorable en los populosos municipios del gran Buenos Aires.
Aceptaron, igualmente, que los cambios, de haberlos, se darán muy lentamente. "Las soluciones no vendrán de un día para otro", se dijo. Y, sobre la candidatura presidencial del oficialismo, se especuló con que suena con más fuerza el nombre de Cristina Fernández. "Si es ella, será para que él conserve el poder. Con la pingüina, el pingüino no se va. Se queda", se profetizó.
Por lo demás, salvo Sebreli quien alertó sobre la inflación, se auguró que continuará la bonanza económica, asentada en la gran demanda de materias primas por parte de la India y China y la firme presunción de que el próximo período K estará orientado a abrirse internacionalmente y reducir las retenciones para facilitar las exportaciones.
Para el gobierno, están en un segundo plano las denuncias de corrupción el diputado Carlos Kunkel retrucó que se debe hablar del "caso Techint" y no del "caso Skanska", con funcionarios del Ministerio de Planificación involucrados, los enfrentamientos con la Iglesia ("Jorge Bergoglio juega para Telerman", se denunció) y los supuestos intentos de magnicidio en la lejana Santa Cruz.
A menos de seis meses de las presidenciales, las expectativas se centran en las elecciones capitalinas.
ARNALDO PAGANETTI
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