NEUQUEN (AN).- Muchas calles de Neuquén se denominan de una manera pero los vecinos las llaman de otro modo. La calle Planas, por ejemplo, antes se denominó Lastra y luego Rosas. Hay casos de nombres impuestos por decreto que nunca existieron y de calles que aluden a fechas que nadie sabe qué conmemoran. Para poner orden fue creada la guía de nomenclatura urbana, que establece cuáles son los nombres oficiales y da cuenta del origen de cada uno.
De paso esta guía urbana jerarquizó algunas calles como avenidas, en función de su accesibilidad en los distintos barrios.
La nueva base de datos da el nombre completo de la calle, el rango, el tipo de arteria (troncal o secundaria), su orientación geográfica y ubicación de los diferentes tramos, sección catastral, número de ordenanza de origen, código numérico, sector o barrio y la altura domiciliaria.
Determina por primera vez las calles que dan origen a la numeración domiciliaria. Son las avenidas Argentina y la prolongación recta de su eje, Olascoaga, José de San Martín, Alejandro María Aguado en toda su extensión, Eduardo O'Connor, Capitán Emilio Crouzeilles en toda su extensión, para aquellas calles en dirección perpendicular a su eje, la Independencia desde la Argentina hasta Leandro Alem.
La edil Marta Buffolo (UCR) cuenta que en esta investigación "no ha sido posible encontrar la ordenanza que corresponde a un determinado nombre" y esto por cuanto la calle nunca fue bautizada oficialmente con esa denominación. Para subsanar esta situación dijo que varias fueron inscriptas en decretos "normalizadores". También citó el caso de ordenanzas que dieron nombre a calles inexistentes, como el caso de "Ciudad de Necochea" que nunca fue calle. La calle La Rioja debería llamarse Rioja, de acuerdo a la ordenanza de origen, sin contar prosiguió que en un breve período su denominación trocó por "Primeros Constituyentes".
La concejal contó que algunos nombres propios, tal como están escritos en las ordenanzas, no hacen referencia exacta a quienes se ha pretendido homenajear y ponderan aptitudes de personas inexistentes. Mencionó a la calle Solalique, que en realidad debería llamarse Solaligue, en recordación a un teniente llamado Juan Cruz Solaligue. Son nombres y/o fonéticas que se han impuesto por una cuestión de usos y costumbres.
Hacía 25 años que no se efectuaba esta tarea. "Para corregir anomalías se realizó un minucioso trabajo de investigación de antecedentes y biografías", precisó, para ponderar la tarea de Cora Cané de Catastro Municipal y de Rodolfo D'Anna, del Digesto del Deliberante. La nueva guía, de la cual se publicarán 2.000 ejemplares, fija nombres de calles y su origen. Y establece un criterio de codificación de nuevos sectores.