CHOELE CHOEL (AVM).- Sin dudas, el caso Otoño Uriarte se ha convertido en uno de los hechos más relevantes de los últimos meses en la provincia. Pero también lo han sido las causas paralelas que se han desprendido de la investigación central por la desaparición de la joven de 16 años, y en este plano un lugar destacado tanto para la comunidad del Valle Medio, como para la justicia, e incluso los medios del resto del país, lo ocupa la presunta conexión que tendrían policías de la comisaría Octava de Choele Choel con proxenetas de la comarca.
La justicia sigue la investigación para determinar hasta dónde llegan éstos vínculos, que se pudieron determinar a partir de una escucha telefónica -dada a conocer por este medio semanas atrás- entre un proxeneta de Choele Choel y policías de la unidad policial.
En este sentido, la jueza Marisa Bosco mencionó esta semana a este medio que en los próximos días podría haber medidas importantes entorno al caso.
De todos modos prefirió no darlos a conocer porque quien lleva adelante el proceso investigativo es el fiscal Guillermo Bodrato, y además porque la noticia de las próximas acciones judiciales podría interferir en el normal desarrollo de la investigación.
Se sabe que aún resta que los policías que aparecen nombrados en la escucha, presten declaración ante la justicia. Pero además se están evaluando al detalle los documentos secuestrados en los allanamientos realizados en tres cabaret y en la propia comisaría de la ciudad.
Esta situación puntual de los cabaret, y de la relación que mantendrían proxenetas con policías, no hizo más que poner al descubierto temas más que preocupantes, no sólo para la provincia sino para todo el país, como son la "trata de blancas", el sometimiento a esclavitud sexual y la desaparición de mujeres en la Argentina.
En este sentido, el matutino porteño Página 12, en su suplemento "Las 12", realizó un amplio informe sobre esta situación, haciendo hincapié en la escucha telefónica dada conocer por Río Negro. Y brinda además detalles concretos y sobrecogedores sobre estos temas que no aparecen como primordiales para los estamentos del poder.
Se menciona puntualmente que según la Organización Internacional para las Migraciones, existen 400 mujeres desaparecidas en 2006, y se calcula que la mayoría de ellas estarían siendo sometidas a explotación sexual.
Se señala además, que justamente el jueves, bajo la consigna "Aparición con vida de las mujeres secuestradas y desaparecidas por la redes de prostitución", las organizaciones La Red No a la Trata, La Coalición contra la Trata de Mujeres y Niñas y la ong Mujeres Trabajando realizaron, en la plaza de los dos congresos en Buenos Aires, un fuerte reclamo.
Pero este cimbronazo aún no se ha hecho sentir en la provincia, aún cuando se indica que la escucha telefónica es la primera de estas características en las que se demuestra el grado de complicidad que pueden tener los proxenetas con algunos sectores de la Policía.
Ejemplo que podría ser llevado a otros sitios del país, dado que las desapariciones de mujeres jóvenes se han dado en casi todas las provincias.
En el caso del Alto Valle, más allá del caso Otoño Uriarte, se puede citar el de la estudiante neuquina Florencia Pennacchi, quien desapareció el 17 de marzo de 2005 en Buenos Aires.