LONDRES.- Mientras Tony Blair se prepara para dejar el poder, los malos resultados del Partido Laborista en las elecciones locales, particularmente en Escocia, debilitaron un poco a quien está llamado a suceder al primer ministro en Downing Street, Gordon Brown.
Ayer, el ministro de Finanzas, que debería asumir como primer ministro a comienzos de julio, no tenía muchas razones para mostrarse optimista.
"La época del nuevo laborismo de Brown y Blair ha llegado a su fin", comentó el líder del Partido Conservador, David Cameron.
"Brown tiene por delante una tarea titánica", mientras que Cameron tiene "bastante de lo que alegrarse", afirmó el diario "Financial Times".
El tabloide "The Sun" aseguró que Brown, de origen escocés, sufrió un "golpe contundente" tras la derrota de la "fortaleza" que constituía el parlamento de Edimburgo. Los independientes del Partido Nacionalista Escocés (SNP) pusieron el jueves fin a 50 años de dominio laborista al obtener 47 escaños parlamentarios, uno más que sus rivales políticos. "Por primera vez en 50 años el Partido Laborista perdió una elección en Escocia (...) y por primera vez
el SNP ganó una elección en Escocia", comentó el líder del SNP, Alex Salmond, quien calificó los comicios de "históricos".
El Partido Laborista también perdió en Inglaterra cerca de 500 escaños en los concejos locales, mientras que el Partido Conservador ganó cerca de 900, lo que incluyó importantes triunfos en ciudades del norte del país, tradicional bastión laborista.
Los "tories" lograron en total un 40% de los votos, su mejor resultado desde 1992, contra 27% de los laboristas y 26% de los liberal-demócratas. "No fue un voto de protesta", dijo Cameron, quien agregó: "Es un movimiento a favor de los conservadores". (AFP)