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Domingo 22 de Abril de 2007
 
Edicion impresa pag. 22 y 23 > Opinion
Crisis institucional
Los conflictos en Salud y Educación ponen en jaque al gobierno. Pero nada justifica salir de los cauces constitucionales.

Sobisch ha conducido la provincia a una crisis institucional sin precedentes. La educación y la salud están colapsadas y los empleados de uno y otro sector, en franca rebeldía contra el gobierno. El Poder Legislativo, reducido en los últimos siete años a un papel subalterno, está paralizado por orden del Ejecutivo. La Justicia permanece subordinada a los dictados del poder político. El gasto público se dispara a niveles impredecibles de la mano de una administración signada por el dispendio y que ahora intenta apagar el incendio con más dinero.

Las sospechas de corrupción Temux, Damovo, Banco Provincia son moneda corriente, empujadas por la conducta de un gobernador que en lugar de dar el ejemplo llevó adelante una fastuosa campaña presidencial cuyo financiamiento es un enigma. Y la sensación generalizada es la de que un grupo sin escrúpulos maneja el Estado como si fuera su propia hacienda. Para colmo de males, en los últimos cuatro años el gobernador ha estado prácticamente ausente, privilegiando su propia carrera política por encima de los intereses del Estado.

Colocado entre la espada y la pared por el desborde policial que se cobró la vida del maestro Carlos Fuentealba, Sobisch ha optado por una suerte de huida hacia adelante. Pretende presentarse ante el país como un hombre de orden, que respeta la Constitución y las leyes y no desdeña recurrir a la fuerza para restablecer el imperio de las instituciones. Pero en Neuquén cualquiera sabe que esto es una cruel ironía.

En los últimos años el gobernador ha atropellado a los restantes poderes del Estado, ignorado y maltratado a la oposición, a la prensa independiente y a las organizaciones gremiales como si fueran sus enemigos.

En lugar de procurar una salida temprana al agudo conflicto docente, Sobisch eligió, como es su costumbre, jugar al desgaste del gremio y se mantuvo peligrosamente de brazos cruzados ante cortes y manifestaciones. Pero cuando llegó el feriado largo de Semana Santa y los turistas se lanzaron a las rutas, consciente de que los ojos del país se posaban sobre la provincia, Sobisch buscó plantarse como un hombre de orden y mandó despejar la ruta, sin reparar que la presión acumulada tanto entre la gente común como entre docentes y policías era enorme y estaba jugando con fuego. Le salió muy mal, ya se sabe.

Abatido y acorralado por la tempestad que desató la muerte de Fuentealba, el Sobisch que se presentó el 5 de abril ante los medios nacionales era una sombra que, para peor, debió huir disfrazado de la Gobernación.

Pero al día siguiente, sea porque ésa es su personalidad, sea porque a esta altura se ha convertido en un producto de marketing que mueve una poderosa maquinaria, salió a doblar la apuesta.

El de hoy es un Sobisch debilitado, que gobierna desde un virtual exilio y ni siquiera es capaz de restablecer el orden para volver a ocupar la sede del Poder Ejecutivo. Pero es un Sobisch que busca revancha aprovechando las inconsistencias de los que tiene en frente. Es una pena, pero el gobernador más que restablecer el orden y las clases en las escuelas, parece querer ganar.

Para eso ha echado mano al peligroso recurso de enfrentar a los docentes con los padres, valiéndose de la legítima preocupación de éstos por la educación de sus hijos. Para hacerlo posible apeló una vez más a la clientela cautiva de su partido: desde funcionarios hasta punteros nadie se salva del operativo "manu militari" de reapertura de las escuelas.

Aunque en modo alguno puede parangonarse la responsabilidad del gobierno con la del gremio docente, porque él representa la potestad del Estado, a la conducción gremial le cabe también una cuota de responsabilidad en todo lo que ocurre. Sumida en un microclima y arrastrada por la intransigencia de su propia izquierda deseosa de nacionalizar el conflicto a cualquier precio, está contribuyendo a llevar a los docentes a un callejón sin salida.

El gremio logró un gran consenso social durante la masiva movilización del 9 de abril, y no se equivocó cuando decidió liberar los puentes, pero ahora es menester que vuelva a clases. El duelo por el compañero muerto no puede seguir justificando indefinidamente su actual postura. Sin clases no sólo los chicos se perjudican, la vida familiar y social se complica al infinito. Además, el gobierno ya accedió a muchos de sus reclamos y nada le impide a ATEN seguir negociando mientras contribuye en la medida de sus posibilidades a restituir la paz social.

Tampoco parece atinado que siga agitando el pedido de renuncia al gobernador. Primero porque no puede arrogarse la voluntad de toda la sociedad sino la de solamente un sector. También porque esa posibilidad no parece estar en la naturaleza del mandatario provincial. Como tampoco la capacidad de conmoverse sinceramente con el dolor ajeno. Llamativamente no hubo duelo provincial por la injusta, brutal muerte de Fuentealba.

Mal que les pese a algunos izquierdistas que no pueden diferenciar entre Kirchner, Sobisch y Videla, esta democracia es un bien colectivo a resguardar, y ninguna situación por desesperada que parezca puede justificar mecanismos reñidos con la ley y la Constitución, así sean éstos sacar del medio a quienes hacen culto de violarlas.

La crisis continúa y serán los diputados del MPN los que, en todo caso, deberán dar cuenta de por qué bloquearon el pedido de juicio político al gobernador formulado por todo el arco opositor, incluida la UCR pero no su principal intendente.

Por lo pronto, un eventual recrudecimiento de la crisis institucional está a la vuelta de la esquina y aun en la hipótesis de que las cosas se tranquilizaran en Educación, Salud Pública está al borde de un colapso estructural.

Además no son pocos los que piensan que a pesar del fabuloso presupuesto provincial de 3.600 millones de pesos, la imprevisión, el endeudamiento y el actual nivel de gastos hacen temer un quiebre en la cadena de pagos.

No sólo el oficialismo no está a la altura de las circunstancias. El principal referente opositor, el radical Horacio Quiroga, ha dejado pasar una vez más la posibilidad de plantarse frente a la crisis como un líder. No se trata de propiciar ninguna forma de canibalismo político, sino de asumir la responsabilidad institucional que la hora demanda. Con lo mostrado hasta ahora, Quiroga no ha dado demasiados motivos para pensar que, puesto al frente del Estado, haría cosas muy diferentes de las que acostumbra el Movimiento Popular Neuquino.

Más comprensible, aunque no por ello más justificable, es el descompromiso exhibido por el candidato oficial. Sapag debe pensar que ni siquiera el huracán desencadenado por el desgobierno de Sobisch será capaz de desplazar al MPN del poder. Consecuentemente, ha elegido seguir con un perfil bajo. Pero en ese tren, a pesar de las diferencias de estilo y de educación, cuesta ver las diferencias con su antiguo socio.

¿Qué ocurrirá en Neuquén el 4 de junio próximo, cuando haya dos gobernadores: uno cada vez más desacreditado y débil, y otro recién investido de poder? A pesar de su proximidad, en el actual estado de cosas las elecciones parecen muy lejanas.

 

HECTOR MAURIÑO

vasco@rionegro.com.ar

 
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22/04/2007, 23:05:01
alfredo hofer
Y te agrego mas.....si el asesinado es el intendente de la ciudad de Neuquen...Sr Quiroga..... o la mismisima Senadora Cristina de Kirchner....o el mismo presidente....por una bomba de gas que un policia de Neuquen les enchufa en la cabeza.....justificaria una salida del cause constitucional?...lease..por ejemplo renuncia... desplazamiento por la legislatura o intervencion ..... entonces... seria que la muerte de un funcionario tiene otro valor que la de un simple trabajador? No es que todos somos iguales? Es todo... esa es la ¨democracia¨y ¨justicia¨que tenemos .... gracias.
22/04/2007, 23:39:47
alfredo hofer
Para terminar.....todo esto ejemplo del primer ... segndo ...tercero y cuarto poder (este comentario de RN) de la democracia y justicia liberal.....es decir ...la de los ricos y sus vendidos alcahuetes.... gracias
 
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