BAGDAD (AP)- Las críticas por una valla que las fuerzas extranjeras construyen alrededor de un enclave sunnita rodeado por chiítas aumentaron ayer: los residentes dijeron que es un "castigo colectivo'' y el líder del consejo local denunció que las obras comenzaron sin la aprobación de la comunidad.

La violencia también continuó ayer y al menos tres personas murieron cuando una bomba colocada en un autobús explotó en el vecindario de Ciudad Sadr de Bagdad, dijo la policía.

Por otra parte, un grupo de hombres armados asaltó una casa en Kirkuk, a unos 290 kilómetros al norte de Bagdad, matando a una madre y a sus dos hijas adolescentes, expresó la policía.

Las víctimas eran kurdas que habían recibido amenazas de muerte de milicianos relacionados con Al-Qaeda. Un soldado estadounidense también murió ayer en un ataque con una bomba colocada en una carretera de la capital, dijo el ejército.

El ejército estadounidense sostiene que la muralla en el vecindario sunnita de Azamiya, en Bagdad, intenta proteger a sus residentes, que han quedado "atrapados en el incremento de la violencia sectaria y las represalias''. El área, localizada en la margen oriental del río Tigris, quedará completamente cerrada y las entradas y salidas estarán controladas por soldados iraquíes, indicaron los militares en un comunicado.