MADRID/LOS ANGELES (DPA) - Realmente, a cualquier aficionado al cine le cuesta creer y ver a una mujer canalla, maldita y homicida en la persona de la linda actriz mexicana Salma Hayek.
Esos papeles de "femme fatale" latina podían ser confeccionados por otro tipo de registros como los que ofrecen Rosie Pérez, Patricia Reyes Spíndola o María Rojo, pero nunca la dulce y amorosa Salma. "Lonely Hearts", de Todd Robinson, es un golpe duro, áspero, pendenciero y criminal. Como una fiel biografía del alma más despiadada que el director de esta película, ambientada en los años de la posguerra, nos muestra.
La cinta huye del thriller común, del retrato simplista de un asesino en serie. Va un puñado de centímetros más allá, aspira a la intrahistoria, a la sociología que bulle entre los hilos de corazones solitarios, de mujeres que reclaman cariño y recurren a los contactos de los diarios. Quiere realmente mostrarnos el entorno humano que rodea a la bestia; y sobre todo, si realmente hay lugar para el deseo y la expresión amorosa en el universo del crimen.
¿Puede amar quién se alía con el asesinato? ¿Hay lugar para el deseo de una persona que acaba de destrozar a un ser humano? Y aún más ¿existe un vínculo más tenaz que el crimen? Esa es la duda que Robinson sirve en bandeja a la mexicana, que además insistió en hacer el papel.
Hayek comparte instintos asesinos con Jared Leto, mientras que un taciturno John Travolta y un resuelto James Gandolfini intentan seguirles la pista.
"Lonely Hearts" está basada en los asesinos en serie que alarmaron a la opinión pública norteamericana en los años 40: Raymond Fernández y Martha Beck. Su historia ya fue llevada al cine en dos ocasiones anteriores con "The Honeymoon Killers" (1970) y "Profundo carmesí" (esta última de Arturo Ripstein), pero la historia de Robinson, conocido como guionista de la serie de televisión "Law & Order", respira el aroma del mejor cine negro.
Y Robinson no necesitó inspirarse en truculentas historias simplificadas por la prensa: tan sólo evocó los recuerdos de su abuelo Elmer Robinson, el detective que en la vida real investigó el caso.
"Lonely Hearts", que ya se estrenó en los Estados Unidos, constituye además una de las pocas oportunidades que tendremos de ver a Hayek en la gran pantalla durante una larga temporada, pues la actriz de 40 años acaba de anunciar que va a ser madre.
Con discreción llevó siempre sus romances con sus colegas Edward Norton y Josh Lucas, pero en Hollywood eran pocos los que sabían que el padre de su primer hijo es el empresario francés Francois-Henri Pinault.
Aunque dinero no es precisamente lo que le falta a la latina más poderosa de Hollywood, con permiso de la pluriempleada J. Lo, Hayek se ha comprometido con el multimillonario francés, director de un imperio empresarial que comprende las firmas de lujo Gucci, Stella McCartney e Yves Saint Laurent, así como la casa de subastas Christie's y varios diarios franceses, entre muchas más empresas.
La mexicana tiene sólo un pequeño papel junto con Bono, el líder de U2, en el musical romántico que se estrena este año: "Across the Universe", dirigido por Julie Taymor, la realizadora de uno de los trabajos de los que Salma más orgullosa se siente, "Frida".
Quizás con la maternidad Hayek prefiera centrar parte de sus energías en la producción, tarea que la decidida y trabajadora actriz ha demostrado resolver con creces con la premiada versión en inglés del culebrón "Yo soy Betty, la fea".
Ya sea delante o detrás de las cámaras, Salma ha demostrado que sabe.
MARIA LUZ CLIMENT MASCARELL
