El título principal de "The Sun" de este lunes pegaba con la Pascua: "Mi calvario", aunque en este caso no se refería al camino a la cruz de Cristo, sino el que vivió Faye Turney, la soldado británica de 26 años que fue detenida junto a 14 marinos en el Golfo Pérsico.
"Tuve miedo a ser violada por iraníes", publicó en la portada del periódico sensacionalista más vendido de Gran Bretaña, junto a la fotografía de la mujer rubia. Y añadió: "En bombacha en una sórdida celda".
Se cree que hasta 150.000 libras (225.000 euros o 300.000 dólares) ha cobrado la joven soldado de la Marina Británica por las entrevistas concedidas sobre sus días de cautiverio en Irán. Menos dinero, pero en cualquier caso una cantidad sustanciosa, recibió otro de los 15 ex prisioneros por contar sus experiencias en Irán.
La publicación de sus historias en diarios amarillistas provocó indignación entre la oposición, en círculos militares y entre los familiares de los soldados caídos en Irak y Afganistán. Además, surgieron dudas acerca de la veracidad de los relatos.
Anoche, después de recibir numerosas críticas, el secretario de Defensa británico, Des Browne, anunció que decidió prohibir a los 15 soldados que sigan vendiendo sus historias a los medios. Brown agregó que se instrumentó una revisión del permiso otorgado previamente a los 15 soldados de la Marina. La autorización otorgada el sábado para que los soldados pudieran vender sus historias a cambio de dinero a los medios británicos "no arrojó resultados satisfactorios", reconoció Browne.
Según informes de los medios, fue el mismo secretario de Defensa quien había dado el visto bueno para que los soldados, detenidos el 23 de marzo en Irán y liberados 13 días después, pudieran difundir sus historias. Su puesta en libertad, escenificada como un drama teatral , fue valorada en medios británicos como victoria de Teherán en el frente propagandístico. (ver análisis)
Sigue siendo un misterio por qué Turney y los otros soldados fueron pagados a cambio de contar sus historias sobre el miedo a la muerte y torturas psicológicas sufridas en Irán. El conservador "The Times" consideró que todo recuerda a un popular reality show televisivo y habló de "una especie de 'Gran Hermano' militar", mientras el liberal "The Independent" sospechó: "¿Estamos hablando aquí de la verdad o de censura o quizá incluso de distorsión?", se preguntó el rotativo. Apenas nadie duda que los iraníes ejercieron presión sobre los prisioneros para obtener "confesiones" . Pero la historia de Turney, de que temió que ante su celda había carpinteros trabajando en un ataúd que se correspondiera exactamente con sus medidas corporales, evoca a fantasmas más propios del museo del terror "London Dungeon". (DPA)