La escasez se de lácteos y cortes cárnicos se dio durante esta Semana Santa en todo el país. Inclusive, según denunciaron desde organismos de defensa del consumidor se detectaron, en menor medida, faltas de latas de conserva, artículos de higiene personal, panificados y bebidas
En el caso de la carne vacuna, la escasez sería consecuencia directa de los controles de precios que aplicó el Gobierno en noviembre pasado, que estipula un tope de $ 2,50 por kilo vivo de novillo.
El problema, según revelaron productores cárnicos, es que "a ese precio no hay oferta y como los supermercados están obligados a vender a los precios concertados por el Gobierno, no encuentran hacienda a esos valores". De allí a que en Semana Santa las góndolas hayan mostrado grandes huecos.
No es el caso de las carnicerías, que optaron por aceptar pagar precios superiores.
Disco y Coto optaron por explicarle al público la causa del faltante. "Rogamos disculpar la falta de cortes de carne de novillo. Esto se debe a que nuestros proveedores habituales no nos venden a los precios sugeridos por el Gobierno", se leyó en un cartel de Coto.
"A nosotros, en cambio, nos venden carne pero al precio real. A los precios sugeridos, los proveedores no vienen. Los supermercados van a tener problemas en la medida en que no quieran pagar más. Carne sobra, pero van a tener que pagar como pagamos los carniceros. Hoy estamos pagando la media res de consumo chico de novillo de 6,30 a 6,60 pesos el kilo, contra 5,50 a 5,60 de hace 30 días", dijo Alberto Williams, de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal.
Desde que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno impuso la lista de precios máximos en Liniers, los ingresos en ese mercado bajaron en más de un 40%. (DyN)