El papa Benedicto XVI lavó el Jueves Santo los pies de 12 laicos en una basílica de Roma, recreando una tradición que simboliza la humildad de Cristo, al participar en una serie de ceremonias públicas que culminarán con el Domingo de Ramos. El Papa vertió agua de una jarra dorada en los pies de los hombres, que lucían vestiduras blancas y estaban sentados en fila en un largo banco. Benedicto XVI usó luego un paño blanco para secar los pies de los hombres, elegidos entre laicos de la Diócesis de Roma. Como pontífice, Benedicto XVI es también obispo de Roma.
La ceremonia es la recreación del acto de humildad de Jesús cuando, según la doctrina cristiana, lavó los pies de los 12 apóstoles en Jerusalén, hace casi 2.000 años. Benedicto XVI, que cumple 80 años el 16 de abril, asistió a varias ceremonias durante la Semana Santa.
El jueves en la mañana, celebró misa con cardenales, obispos y otros clérigos en la Basílica de San Pedro. Hoy, Viernes Santo, incluirá una conmemoración en la Basílica del Vaticano del sufrimiento de Jesús antes de su crucifixión. En la noche, el Papa irá al Coliseo romano para la tradicional procesión al Calvario.
Entre tanto, en Jerusalén, centenares de creyentes de la iglesia ortodoxa griega llenaron el jueves el patio de la Iglesia del Santo Sepulcro en la parte vieja de la ciudad de Jerusalén, para observar al patriarca Teófilos III lavar los pies de sus seguidores. Teófilos III, ataviado con vestiduras blancas, vertió agua jabonosa de una adornada jarra de plata en un cuenco. Doce sacerdotes, elegidos por su antigüedad, hundieron sus pies y el Papa se los limpió con una toalla blanca. "Esto es importante porque muestra y nos recuerda la humildad de Cristo", dijo el arzobispo Aristarcos, un alto jerarca de la iglesia ortodoxa griega. (Télam)