ROCA (AR).- Llenos de mosquitos, rodeados de olores nauseabundos y con aguas servidas por doquier. Así es como viven en la actualidad los vecinos del barrio 827 Viviendas de esta ciudad, que después de tantos reclamos sin eco ante diferentes autoridades tuvieron que optar por resignarse y sobrellevar de la mejor manera posible las falencias de la barriada.

"Ya ni siquiera nos preocupamos por llamar a Arsa cuando las cloacas rebasan, porque, o vienen después de 2 ó 3 días, o no garantizan una solución real", comentó una vecina que posee una vivienda sobre la intersección de las calles Chula Vista y Misiones.

Los habitantes del barrio prácticamente ya están acostumbrados a vivir con el olor y las aguas servidas en las esquinas; las dificultades, en realidad, se presentan cuando llueve, ya que las cloacas rebalsan y los residuos empiezan a salir por los resumideros de las casas, contaminando todo a su paso. A ello se le suma un caño roto en la avenida Perón, que inunda toda la zona

Los efectos de la contaminación en la salud de los chicos es un tema preocupante. María Fernanda, madre de dos niños, contó que sus hijos hace días tienen diarrea y vómitos. "En el hospital me dijeron que era probable que la causa fueran los líquidos cloacales que circulan por la vereda de mi casa", afirmó.

El problema de las cloacas no es nuevo. De hecho, los vecinos comentaron que todo empezó cuando Viarse levantó el asfalto viejo para pavimentar las deterioradas calles del barrio. A partir de ese momento, los mosquitos, las cucarachas y el olor fueron una constante en las viviendas del complejo.

Por el lado de Arsa, las soluciones escasean. De hecho, ni siquiera tienen registro de los desbordes cloacales, justamente porque los vecinos ya ni se molestar por llamarlos. "También es una cuestión de educación, muchos tiran botellas y otros objetos a las cloacas y así se generan los problemas", fue toda la respuesta que ofrecieron las autoridades de Arsa.