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Jueves 05 de Abril de 2007
 
Edicion impresa pag. 33 > Policiales y Judiciales
"Imaginar un complot es un disparate"
Cintia Paola Acuña tenía 18 años.
Cintia Paola Acuña tenía 18 años.
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ROCA (AR).- "Imaginar que hay un complot, es un disparate. Son especulaciones que se hacen y corren por cuenta de quien las dice". De esta manera respondió el abogado Alberto Ricchieri, a las versiones que salieron desde el mismo Sanatorio Juan XXIII, y que señalan que Jorge Chechile, el único imputado en el accidente que le costó la vida a la joven Cintia Paola Acuña, fue sometido a un lavaje de estómago y se le inyectó suero, con la supuesta intención de eliminar cualquier vestigio de alcohol que pudiera llegar a tener en la sangre.

El rumor había ganado la calle desde hace días, y por eso "Río Negro" consultó al abogado. También al respecto se refirió uno de los directivos del sanatorio donde continúa internado Chechile, Roberto Bernardini, quien aclaró que el día en que fue internado el hombre de 29 años, él no se encontraba en la ciudad, pero que en la historia clínica, sólo figura la intervención de Juan Kotlar, el psiquiatra que está atendiendo a Chechile.

"No tengo conocimiento que haya intervenido ningún clínico, pero reitero que no estaba en la ciudad y que sólo conozco el caso por lo que ha salido publicado en los medios", señaló Bernardini.

Chechile conducía un Ford Fiesta el domingo 25 de marzo pasado, cuando chocó a un Renault 12 en una esquina, y éste auto se subió a la vereda y mató a Cintia Paola Acuña que estaba en la vereda por cruzar la calle.

Chechile permanece internado en el Sanatorio Juan XXIII, aunque físicamente está repuesto, según confirmó ayer su abogado. Sin embargo, señaló que psíquicamente está muy mal, y que por ahora no habló nada con su cliente con respecto al accidente. "Tiene lagunas. Se acuerda prácticamente nada", señaló.

Con respecto a la versión, dijo que tras el accidente, Chechile estaba muy golpeado. "No podía ir de un lado para el otro con un suero, como si se estuviera escondiendo. Es más, el Sanatorio Juan XXIII no es tan grande como para ocultarlo", dijo.

El domingo del accidente, la fiscal Elsa Alasino estuvo esperando varias horas para poder ver al imputado en la causa.

 
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