BRASILIA . - El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ratificó ayer en el cargo a su ministro de Defensa, Waldir Pires, ubicado en medio del debate en los últimos días debido a una huelga que protagonizaron los controladores de tráfico aéreo, bajo su jurisdicción.

Lula, al hablar brevemente con los reporteros tras un acto en la cancillería, dijo también que esperaba que los controladores estarían trabajando normalmente en Semana Santa . "Confío en que los aeropuertos brasileños van a encontrar paz y normalidad, no sólo en el feriado de Semana Santa, sino de aquí en adelante'', dijo Lula. Y el ministro Pires "va a continuar en el cargo. 'Ministro, soy yo quien lo pongo y soy yo quien lo quito. Yo quise ponerlo y, si un día quiero quitarlo, lo quitaré, pero por ahora no es esa la cuestión''', dijo Lula.

De este modo, salió al cruce de versiones de la prensa brasileña, que citando a fuentes del Partido de los Trabajadores, señalaban que Da Silva estudiaba reemplazar Pires, por considerar que ya hizo lo que podía para salir de la crisis con los militares por el control del sector

aéreo. Para el diario O Globo, la demora en el reemplazo de Pires se debe a que busca "una salida digna" de su ministro. Según los senadores, Lula entiende que Pires tiene "las manos atadas" por los errores estructurales propios del Ministerio de Defensa que hacen que las Fuerzas Armadas no se sientan subordinadas. Según Folha de Sao Paulo, Lula tiene dificultades para realizar ya el cambio de Pires: necesita un sustituto que tenga respeto de los militares para hacer la reestructuración. Según Folha, el presidente intentará prolongar al máximo el reemplazo porque pretende que el propio ministro pida la renuncia.

Los 67 aeropuertos han sufrido desde el año pasado cada vez más frecuentes e intensos problemas de retrasos en los vuelos y cancelaciones por problemas técnicos. El viernes pasado, los controladores se declararon en huelga y cesaron las operaciones de vuelos en todas las otras terminales brasileñas.

El gobierno intervino rápidamente y aseguró a los controladores que negociaría el pago de bonificaciones y el paso del control aéreo de la manos militares a los civiles, como demanda el gremio. Sin embrago, el martes Lula volvió atrás y anunció que, al menos por ahora, el sector seguirá bajo la Aeronáutica, y que los militares que participen en protestas podrán ser juzgados e ir presos por una Corte militar.