David Nalbandian, el líder del equipo de Copa Davis, realizó ayer un exigente entrenamiento en el "Svenka Massan", el estadio que albergará la serie entre Argentina y Suecia, por los cuartos de final, en Gotemburgo, una ciudad que no respira clima "copero".
El cordobés entrenó durante una hora y media sobre la carpeta de taraflex, en una sesión en la que tuvo como rivales, en primer turno, al ex doblista Martín Rodríguez y al sparring Eduardo Schwank; entre ambos no pudieron contener la variedad de golpes del número uno del equipo argentino.
"Por ahora me siento bien, es cierto que me falta adaptación y espero conseguirla en los días que restan. La cancha es la más rápida de todas las que jugué, pero estoy con buena predisposición para mejorar y hacer un buen papel", comentó Nalbandian.
El cordobés cerró su preparación matutina con un segundo peloteo ante Schwank, en el que practicó fundamentalmente saque y devolución, los dos aspectos que más preocupación generan en el análisis previo.
De Nalbandian se pueden comentar muchas cosas, como que a veces luce cierto sobrepeso o que elige y privilegia los torneos de la ATP de acuerdo a su importancia y así regula su esfuerzo, pero también debe reconocerse que de el se espera todo.
Es que David es el líder, el que aporta talento, el que no tiene techo y por eso, pese a todos los comentarios que surgen tras cada paso en falso en el circuito, a la hora de la verdad, como en cada cita de Copa Davis y especialmente en esta ante Suecia, es el encargado de llevar el peso del equipo y el que más respeto genera en sus rivales.
"Me estoy adaptando de a poco al cambio de horario y la verdad que cuesta", comentó Nalbandian.