VIEDMA (AV).- Educación intenta controlar el millonario negocio privado de la capacitación docente. Se creó un registro de entidades capacitadoras y se anunció la reformulación del régimen de puntajes, que actualmente alienta ese mecanismo de preparación.

La compra de cursos privados entre los docentes se transformó en el mejor y más rápido método para elevar su calificación para su ingreso o su ascenso en esa carrera.

Su efectiva realización y utilidad para los planes de estudios arrojan dudosos resultados. Los montos anuales que movilizan en Río Negro se estiman en cerca de cinco millones de pesos.

El año pasado, Educación autorizó a más de un centenar de cursos, cuyo valores oscilan entre 400 y 1.000 pesos.

El Consejo de Educación creó "un registro de entidades capacitadoras" para regular "el dictado de cursos, seminarios y congresos de instituciones privadas". La inscripción se cumplirá durante abril para las organizaciones que ofrezcan capacitación para el 2007.

Esa regulación posibilitará un inmediato control en los capacitadores privados, pero constituye una respuesta coyuntural, admitió la subsecretaria de Capacitación, Mercedes Querejeta. Queda reestructurar el sistema de valoración que favorece esos cursos en el régimen de puntajes de calificación docente.

La funcionaria dijo que el registro permitirá definir si los capacitadores cumplen con los requisitos exigidos por Educación y si se encuadran en los lineamientos pedagógicos fijados por la cartera.

La adquisición y certificación de cursos se transformó en los últimos años en un negocio descontrolado, con un fuerte interés de los docentes por los puntos que otorga en la calificación de los aspirantes a ingresar y el ascenso en los diferentes niveles.

"Un alto porcentaje de docentes" adquirió y certificó algún curso en el 2006 en la Junta de Clasificación, confió una fuente educativa. Los costos oscilan entre 400 y 1.000 pesos. Una estimación extraoficial consignó unos cinco millones de pesos desembolsados por los docentes.

El año pasado, Educación recibió 220 solicitudes para cursos privados. Autorizó algo más de un centenar. Quedaron excluidas llamativas propuestas para que los docentes se capaciten y obtengan puntajes, como "corte y confección" o "sexo tántrico". También lograron autorización otros que son discutibles desde su utilidad pedagógica, como la técnica de macramé (arte de trenzar y anudar).

Aún así, el problema de esa capacitación privada radica en el puntaje que otorga. La fundamentación de la resolución acepta que esas ofertas conllevan inconvenientes, ya que por "motivos organizativos y de no regulación estatal", los docentes "se ven impulsados a realizar capacitaciones sin pertinencia académica para aquellas asignaturas o cargos en los que aspiran a desempe