NEUQUEN (AN).- A menos de nueve años de su inauguración el Parque de Secuestros de la Policía provincial está colapsado y, a pesar de los dispositivos de seguridad, sufre periódicos hurtos. En sus cinco hectáreas se deterioran casi 7.000 vehículos, muchos de los cuales están a disposición de Policía desde 1989. Desde la fuerza reclaman poder compactar y rematar vehículos.

"El depósito está colapsado porque hay cerca de 7.000 vehículos y no tenemos posibilidades de rematar ni de compactar ninguno", aseguró el director provincial de Tránsito de la Policía, Francisco Fernández.

El depósito se ubica en la zona de Parque Industrial a pocos metros de la estación de bombeo del EPAS en un predio que fue cedido por el municipio neuquino. Allí se destinan los vehículos detenidos por la fuerza en el departamento Confluencia, pero también los que se encuentren a disposición de la Justicia ordinaria y federal y fundamentalmente los dependientes del Tribunal de Faltas de la ciudad.

"Tenemos más de 2.000 autos que están a disposición del Tribunal de Faltas de Neuquén", explicó Fernández y agregó que en el caso de las bicicletas "optamos por apilarlas en un sólo sector y de momento la pila es tan grande que ya tiene la altura de una casa de dos pisos".

El "cementerio" de vehículos fue inaugurado el 26 de mayo de 1998. Un mes más tarde se advertía que el predio quedaría chico, ya que en ese plazo se trasladaron más de 1.000 vehículos y 400 motos. Hace un par de años se anexó al predio un nuevo sector de 15.000 metros para hacer frente al crecimiento de secuestros, aunque la iniciativa quedó corta ya que hoy todo el sector está colapsado.

"No tuvimos más opción que comenzar a apilar los autos, pero es algo que también se nos complica porque estamos llegando a tal altura que necesitamos una grúa con pluma para poder hacerlo", explicó el uniformado.

A pesar de un sistema de cámaras de seguridad y varios efectivos las 24 horas, los hurtos son usuales. "Hay mucho robo, sobre todo en un sector donde falta iluminación", se explicó.

Fernández aseguró que el problema central radica en la lentitud de la justicia y en la falta de aplicación de las normativas que habilitan a los efectivos a vender los vehículos secuestrados luego de seis meses de permanencia en el depósito o a destruirlo pasado ese plazo. "Se solicitó a la justicia hacer estas maniobras, que liberarían amplios espacios pero las gestiones quedaron truncas", señaló Fernández.

De acuerdo a un relevamiento realizado por la dirección de Tránsito en febrero en el depósito se oxidan y deterioran unas 2.000 bicicletas, más de 250 motos y sorprendentemente 1.800 motores secuestrados por adulteraciones en su documentación.

En la desoladora imagen que da el depósito se aprecian desde avejentados autos modelo 1960 hasta lujosos vehículos de nueva generación. Hay cientos de camiones, camionetas e incluso varias 4x4 último modelo.

"Estamos analizando en conjunto con el municipio la posibilidad de contar con un nuevo depósito con más espacio porque a la vez que día a día es mayor la cantidad de vehículos que llega al depósito son contados los que son recuperados por sus dueños", advirtió Fernández.