VIEDMA (AV).- Nicolás Mazzola es un joven viedmense de 17 años que empezó a cumplir su sueño, también el de muchos. Después de gastar botines en las canchas de la Comarca jugando para Sol de Mayo en todas las formativas, pasó por Villa Constitución y recaló en Independiente de Avellaneda.
Su pasión es el fútbol. Y no se conformó con la llegada a uno de los clubes "grandes" del país, porque tuvo su chance en la selección nacional y no la desaprovechó.
El año pasado fue convocado por Miguel Angel Tojo para integrar el sub-17, superó etapas y desde principios de enero quedó concentrado con el equipo argentino.
Su primer gran desafío fue el reciente Sudamericano de Ecuador, donde jugó seis partidos y marcó tres goles para aportar a la doble causa: clasificar para el Mundial de Corea del Sur y para los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, aunque para estos últimos no está definida la participación de esta categoría por la proximidad con la cita mundialista.
Este delantero de buen físico, que va bien arriba, pero que también tiene lo suyo cuando hay que jugar por abajo y asociado, destacó lo realizado en el torneo subcontinental "el equipo pudo rendir un poco más, pero cumplimos con el objetivo de la clasificación que era lo más importante".
A fuerza de goles convenció al técnico y se ganó un lugar en el equipo en un torneo que fue duro porque "también tuvimos que jugar contra la altura. Sentís que te ahogas y que te cansas mucho más rápido", señaló.
Con el Mundial a la vista Mazzola sabe que no puede dormirse, "ahora tengo que trabajar el doble en Independiente, espero que pueda subir una categoría (juega en sexta) y esperar la citación para volver a la selección. Pero lo más importante es tomar estos momentos con tranquilidad".
Indicó que "no es fácil estar lejos de la familia", por eso apenas pudo se reunió con los suyos, el lunes estará en Buenos Aires para sumarse a Independiente y luego de jugar, el jueves, regresará a esta ciudad para seguir con la "recuperación anímica".
Rescató el valor de la visita de noviembre pasado cuando se presentó con el equipo nacional en la cancha de Deportivo Patagones para jugar ante un combinado local en el marco de los festejos por los 80 años de la Liga Rionegrina de Fútbol.
Algunos de aquellos rivales, también lo fueron pero en la competencia local, ahora lo pueden tomar como referente "porque se puede llegar, pero hay que hacer muchos sacrificios" recalcó Nicolás.
DANIEL VILA
