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Domingo 01 de Abril de 2007
 
Edicion impresa pag. 48 y 49 > Cultura y Espectaculos
Sólo una gran batalla

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La guerra se ha desatado entre espartanos y persas. Y también entre los amantes a ultranza de "300" y sus detractores. Una batalla perfectamente "planeada" en la que, como ocurre con cualquier filme polémico, el gran ganador es el estudio productor de la película. En los últimos años, cintas como "El código Da Vinci" y "La pasión de Cristo", han demostrado que, a la hora de contar los dólares recaudados en todo el mundo, no hay nada mejor que generar un producto que provoque voces encontradas. Y es precisamente eso lo que logra el reciente estreno de esta superproducción americana, que en sus primeras semanas de proyección en distintas partes del planeta, ha recaudado millones y levantado polvareda, trasladando la discusión incluso a esferas políticas. La fórmula funciona a la perfección: polémica = éxito asegurado. Cuánto es espontáneo y cuánto fue previamente digitado por las mentes de los empresarios detrás de la historia, son interrogantes difíciles de responder. Pero seguramente todos intuimos la verdadera respuesta.

Desde sus primeras proyecciones, "300", provocó encontronazos. Cuando fue presentada en el pasado Festival de Berlín, las reseñas de los diferentes diarios y sitios de internet, no parecían ponerse de acuerdo. Mientras, para algunos la cinta había sido abucheada por los críticos presentes, para otros había sido ovacionada de pie. Lo que demuestra que la fina línea que separa la realidad de la fantasía en esta épica fílmica puede claramente adaptarse a todo lo que se ha generado a su alrededor. Y, como siempre sucede en estos casos, todos quieren verla. Nadie quiere perderse la posibilidad de acceder a un nuevo fenómeno y, obviamente, opinar. Discusión que tiene, por un lado, las dudas sobre la verosimilitud histórica y, por el otro, los posibles mensajes subliminales que acuna la trama.

"300" está basada en un cómic del talentoso Frank Miller (ver recuadro), responsable entre otros del serial "Sin City" (que también gozó de su adaptación cinematográfica hace unos años), y relata su personal visión sobre un hecho histórico en el que 300 espartanos combatieron hasta la muerte para defender a su tierra de la afrenta persa. El reducido grupo de hombres, liderado por el rey Leónidas, se enfrentó a un ejército de más de cien mil soldados, bajo el mando del poderoso emperador Jerjes, en el estrecho paso de Termópilas. En este pequeño espacio, la estrategia espartana funcionó a la perfección, ubicando a ambos bandos en igualdad de condiciones, pero sólo dilató un final anunciado que, sin embargo, sirve para que la cinta enfoque su mayor atención en las condiciones guerreras y de sacrificio de los griegos. Esta acción, ocurrida en el año 480 a. C., fue fundamental para la posterior victoria de los atenienses sobre la potencia asiática y la formación de Grecia. Evidentemente, las discusiones históricas que se han trasladado a los eruditos en el tema, son muchas pero, también es cierto, que la película tampoco tiene la pretensión de ser fiel a lo sucedido, sino simplemente tomar un hecho aislado para generar la trama. Y, quizás es ahí, donde la falla más clara puede verse en la pantalla: el relato queda reducido a un acontecimiento tan acotado que es eso (y nada más que eso) lo que el filme cuenta: una gran batalla. Razón por la que, muchas veces, los diálogos suenan risibles o acartonados y los personajes son unidimensionales, sin matices. Los buenos: muy buenos y los malos: muy malos. Lo que instauró el otro gran debate, uno de corte entre político y ético, en el que el gobierno de Irán, país ubicado donde se hallaba la antigua Persia, arrojó la primera piedra.

La manera en la que ambos grupos son presentados es el principal punto de discusión. Los griegos son retratados como seres nobles, fuertes, bondadosos, justos, que realizan sacrificios terribles (como asesinar a los niños con algún problema físico al nacer o educar a sus hijos en la guerra a partir de los 7 años) pero necesarios, y extremadamente viriles en contraposición de los persas, quienes son mostrados viles, decadentes y con una gran carga de ambigüedad sexual a través de la imagen de su emperador Jerjes (caracterización del actor brasilero Rodrigo Santoro, que provoca más comicidad que temor).

La misión iraní ante la ONU se declaró indignada por esto y consideró que la película exhibe una imagen distorsionada de la antigua Persia, que sólo contribuye a promover la campaña occidental para "demonizar" a Irán. Esto fue refutado por el director del filme, Zack Snyder, aduciendo que es simplemente una cinta de fantasía sin rigor histórico. P ero, intencional o no, el argumento iraní es claramente perceptible a lo largo de toda la película. Los malvados persas con su sexualidad conflictiva enfrentados a estos hombres de familia y sacrificados encarnados en los griegos. Inclusive, aquel que traiciona a su tierra, confiándole a los enemigos sobre la existencia de un camino secreto para emboscar a los griegos, es un ser discapacitado que vive en las montañas donde sus padres escaparon para protegerlo de la muerte al nacer y que es rechazado por el rey Leónidas por estar imposibilitado para luchar. Situaciones que, a pesar de estar incluidas en una cinta de mero entretenimiento, perturban (y por momentos, irritan) con su corrección política, al espectador.

Sobre estas bases, críticos especializados de diferentes lugares del mundo, advirtieron en el argumento del filme, un trasfondo político que simboliza el enfrentamiento entre Occidente e Irán. Los buenos y familiares occidentales contra los decadentes y ambiguos asiáticos, como mensaje primordial incluido en la trama. La gran civilización contra la barbarie.

La discusión va subiendo de tono, diariamente, y la polémica no hace otra cosa que arrojar a cientos de espectadores a las salas cinematográficas alrededor del mundo, convirtiéndola en un suceso que, poco a poco, irá decantando a medida que los piratas del Caribe y el hombre araña, regresen a la búsqueda de más gloria comercial.

Ahora, la pregunta es: ¿realmente el filme contiene un mensaje tan claro o es sólo un entretenimiento sin mayores pretensiones? Es evidente que hay algo de ambos, pero también es claro que la historia cumple con todos los condimentos de películas de acción en las que los roles están muy definidos y hay poco margen para dudas y sutilezas.

La cinta cuenta con una voz en off que va narrando la trama, en un claro homenaje a filmes épicos antiguos, y trata de recuperar ese espíritu con la clásica historia de sacrificio y gloria de un hombre destinado para ello. El guión está estructurado en función de la acción, lo que permite pocos diálogos (la mayoría bastante acartonados) y un delineamiento de los personajes sin profundidad. Como contrapunto, la fotografía en tonos ocres de Larry Fong, que trata de recrear la historieta con un toque surrealista, es excelente, al igual que los efectos visuales y sonoros, la dirección artística y el montaje, transformando al filme desde el punto de vista técnico, en una experiencia sorprendente y muy diferente a cualquier otra cinta. Los actores cumplen con oficio sus papeles, en especial Gerard Butler como Leónidas, Dominic West como el traidor Terón y la británica Lena Headey en la piel de la reina Gorgo, muy a pesar de la catarata de frases hechas que, en algunas oportunidades, deben recitar. Y el director Zack Snyder, que venía de realizar un llamativa remake de "El amanecer de los muertos" de George Romero, impone ritmo a la acción, a pesar de los problemas del guión previamente discutidos.

En una escena del filme, cuando el rey está entrenando a su pequeño hijo en las artes de la lucha, le dice: "Cuanto más sudes ahora, menos sangrarás en el campo de batalla". Frase hecha que pusieron en práctica los productores de "300" en su proceso de creación. Ahora están disfrutando de los buenos dividendos de ese "sacrificio".

Encontrar más de un mensaje en la historia va a depender de cada espectador, aunque negarlos o "escapar" a la polémica es algo casi imposible, por estos días. Como también obviar que, como entretenimiento, el filme es irreprochable, más allá de cualquier debate.

 

ALEJANDRO LOAIZA

aloaiza@rionegro.com.ar  

 
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01/04/2007, 19:06:28

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nos dejo su opinion

María Palma
Como seguidora de las columnas del señor Loaiza, debo decir una vez más que es IMPECABLE su descripción de una película por demás maravillosa. Más allá de las opiniones que cada uno tenga, el film merece el reconocimiento como uno de los mejores estrenados en lo que va del año.
01/04/2007, 19:10:28

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Daniel Molinaris
Leí y estudié algo sobre el pueblo espartano cuando estaba en secundaria, me fascinó. Después de ver "300" y leer el comentario quedé más que deslumbrado al ver esas imágenes que se armaban en mi cabeza, cobrar vida en la pantalla grande.
01/04/2007, 22:06:09

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Juan Cacón
Me gustaria que el autor de la nota explique qué tiene de "políticamente correcto" que el traidor sea un discapacitado, o como sería "políticamente correcto" decirlo, una persona con capacidades diferentes. Gracias
Diario Río Negro.
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