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Sábado 31 de Marzo de 2007
 
Edicion impresa pag. 24 y 25 >
¿Quiroga o Sapag?

A raíz de que el gobernador Sobisch decidió fijar para dentro de sólo dos meses el día en que los neuquinos deberemos elegir quién le sucederá, no me ha quedado más remedio que dedicar buena parte de mi tiempo (por fortuna me sobra) a meditar sobre quién será el afortunado que ese día, 3 de junio, recibirá mi voto.

Hace ya mucho tiempo que he abandonado la ortodoxia. Por lo tanto, no estoy entre aquellos que eligen al candidato de su preferencia, aun convencidos de que no ganará. Después de tantos años en los que no he podido votar por nadie (unos 16, contando las revoluciones Libertadora y Argentina y el Proceso que pretendía ser de reorganización nacional) he decidido no perder el voto. Lo que, a buen entendedor, significa que debo optar entre Horacio "Pechi" Quiroga y Jorge Sapag (quien no tiene sobrenombre conocido).

A pesar de que mis ideas sobre lo que hay que hacer para gobernar la provincia del río Neuquén no son del todo claras, alcanzan como para que me ponga a compararlas con las de los nombrados candidatos.

Eso fue lo que hice. O lo que intenté hacer, explico, porque la comparación quedó en grado de tentativa cuando empecé a darme cuenta de que no existen mayores diferencias en el pensamiento de esos aspirantes al trono de Sobisch.

Voy a demostrarlo, empezando por la "interactuación" de ambos, y aclarando que la responsabilidad por el uso del verbo "interactuar" (que no figura en el diccionario de la Real Academia Española) es de Sapag. En efecto, fue el candidato emepenista quien, en una reciente reunión, realizada en Plaza Huincul, con candidatos y cuadros de su lista, los exhortó a "interactuar" con los funcionarios de gobierno (así lo registró un informe del periodista cutralquense Jorge Sabatini al programa de la radio UNC-CALF "La Palangana").

En el caso, interactuar quiere decir actuar de común acuerdo, en consulta permanente, y evidencia vaya con la revelación que este príncipe de la familia real neuquina tiene, a pesar de todo, el apoyo del plebeyo Jorge Sobisch.

Dirá Sapag, y no le faltará razón, que en eso de la interactuación Quiroga no puede hacerse el inocente, no sólo porque interactúa con Kirchner (con Alberto Fernández y Oscar Parrilli en la última foto). Es que también interactuó con Sobisch durante más tiempo del que habría sido prudente, con lo cual hizo que la coalición impulsada desde la Rosada haya sido un trago amargo para el justicialismo local. Lo que pasa es que si obras son amores, elecciones son votos, y Quiroga demostró en dos municipales consecutivas que tiene un paquete bien amarrado.

¿Acaso a las diferencias habría que buscarlas por el lado de la religión? No digo que Jorge Augusto sea un católico fundamentalista, pero me consta que sus creencias vaticanas son firmes y que, egresado de la Universidad Católica Argentina, es un devoto de la Virgen María.

¿Y 'Pechi'? No se sabe de él que haga la señal de la cruz cada vez que pasa frente a la Catedral, ni que sea devoto de la Virgen o de algún santo. En realidad, más que devoto y como cualquier político, es de los votos, así que si usted va y le pregunta si es católico él le contestará enfervorizado que sí, y como para demostrarlo le echará un Padrenuestro de memoria y, como le gusta a Ratzinger, en latín.

Así que por el lado de la religión tampoco hay diferencias destacables. Tal vez sí aparezca alguna si echamos una mirada a los partidos políticos de cada uno, el MPN y la UCR.

Me refiero a diferencias importantes, de las que pueden decidir el voto a favor de uno u otro. Que la UCR sea un partido tan viejo como para ponerlo en un geriátrico, o que el MPN y los Sapag estén amarrados al poder desde 1963 no son, a mi modesto entender, antecedentes de entidad suficiente como para decir, por ejemplo, "ésos ya me tienen harto". Pero, dirá algún atento observador de la historia política de la provincia, el MPN gobernó para la dictadura de Juan Carlos Onganía por decisión de los Sapag y no hubo nadie, pero nadie, que se manifestara en desacuerdo.

Es verdad. Pero otro atento observador, éste de la historia nacional, replicaría que la UCR fue uno de los partidos que formaron parte de la Junta Consultiva creada por el binomio Aramburu-Rojas. Y eso también es verdad.

Quedaría por ver cómo se ubican ambos candidatos dentro del espectro que va de la izquierda a la derecha. Francamente, yo no me atrevería a colocar a ninguno de ellos dentro de la franja de la izquierda. Ni siquiera los pondría en el centroizquierda, que es como una izquierda atenuada, que no está de acuerdo con la dictadura del proletariado. ¿Pero acaso son de derecha, o de centroderecha? Si los interrogáramos al respecto, ellos contestarían que no. ¿Entonces, qué son? En estos dos próximos meses se verá, lo suficiente al menos como para decidir mi voto.

 

JORGE GADANO

tgadano@yahoo.com.ar

 
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