A River y San Lorenzo los une un ídolo y los separa un estado de ánimo.
En la noche copera del jueves en el Monumental, el canto de la afición riverplatense cayó pesadamente sobre los hombros de Daniel Passarella y sus jugadores: "A Ramón nunca lo vamos a olvidar...", decía el estribillo que partía de las gargantas 'millonarias'. Estaban pidiendo el regreso del 'Pelado' Díaz, el último gran DT que tuvo River y que hoy dirige al líder San Lorenzo.
¿Fue casual que todo haya ocurrido durante un partido por la Libertadores, la obsesión histórica de River, ese trofeo que e club de Núñez ganó por última vez en 1996 dirigido por... Ramón? Probablemente, no.
Passarella, una vez sellado el opaco empate en cero con la Liga Deportiva Universitaria de Ecuador y que, tras la victoria de Colo Colo ayer, lo mandó al fondo de la tabla del Grupo 6, acusó a parte de la dirigencia oficialista que "hace oposición" (ver aparte) por los silbidos e insultos hacia el equipo de gran parte de los hinchas. Puede ser, pero sólo en parte.
El equipo juega mal y en eso no hay interna política que valga. Es responsabilidad del entrenador, que también se hace responsable del asunto. Pero el hincha reclama que el equipo no gana y la clasificación se complica ante equipos menores.
Mientras, por Boedo un ídolo riverplatense le da alegrías a los corazones 'azulgranas'. San Lorenzo lidera el torneo Clausura, golea a Boca en La Bombonera... Todo eso en Núñez duele.
Ramón ha logrado con su equipo lo que no pudo Passarella con el suyo: confianza en sí mismo. Mientras San Lorenzo gana y suma a la vez que busca su mejor forma, River se desmorona.