SANTIAGO (AFP/AP) .- Una dura prueba recibió al flamante gabinete de la presidenta Michelle Bachelet, diseñado para relanzar el gobierno y calmar las protestas sociales.

Al menos 150 personas fueron detenidas ayer durante disturbios ocurridos en una jornada de protesta que se desarrollaba en Santiago en conmemoración del asesinato de dos jóvenes en 1985 y durante un paro de choferes contra el nuevo sistema de transporte público. La cifra fue suministrada por la intendenta (gobernadora) de Santiago, Adriana Delpiano. Hay 67 estudiantes entre los detenidos.

Los disturbios se han concentraron a pocas cuadras del palacio presidencial de La Moneda, donde unos 300 estudiantes se reunieron para intentar marchar hasta el Ministerio de Educación.

Los agentes policiales detuvieron el paso de la columna de estudiantes, que impedidos de avanzar se dispersaron y comenzaron a lanzar piedras y palos. La policía repelió los ataques con gases lacrimógenos y carros lanzaagua. Otros enfrentamientos se desarrollaron en el frontis de la Universidad Tecnológica Metropolitana, en el sur de la capital, donde manifestantes encapuchados lanzaron bombas caseras tipo molotov. Varias estaciones céntricas del metro fueron cerradas por precaución. La policía de Santiago se acuarteló desde muy temprano y las principales universidades estatales cerraron sus puertas .

Se teme que la situación empeorara al anochecer, ya que los choferes realizaban un paro de los autobuses desde las 19.00 horas. La fuerza policial dispuso además el despliegue especial de unos 4.000 agentes y ubicó una decena de tanquetas en los varias barriadas pobres, como Villa Francia y Lo Hermida.

El llamado a protestar responde al llamado "Día del joven combatiente", en recuerdo a dos hermanos muertos en 1985, en plena dictadura (ver aparte)

Pero también hubo una pública convocatoria para que protesten los usuarios descontentos por el nuevo sistema de trasporte público implementado en febrero en Santiago. El "Transantiago" modificó todos los trayectos del transporte público y redujo drásticamente la cantidad de autobuses que circulan por la ciudad, provocando a los pasajeros largas esperas y aglomeraciones en los medios de transporte, incluido el metro. Los usuarios han protagonizado un centenar de protestas . El sistema ocasionó la peor crisis vivida por la socialista Bachelet, que perdió popularidad y fue obligada a cambiar a cuatro ministros de su gabinete.