Jueves 29 de Marzo de 2007 Edicion impresa pag. 06 y 07 > Regionales
ANALISIS: żY los chicos?

Está a punto de concluir ya la cuarta semana de paro docente en Neuquén. El gremio mantiene inflexibles sus demandas salariales, culpa al gobierno provincial de insensibilidad y redobla la presión con cortes de ruta en una semana clave para el turismo. Los funcionarios alertan, con estadísticas, que seguir incrementando los salarios es peligroso para los números del presupuesto.

En medio de esta puja están los alumnos.

A este ritmo, los chicos podrán tener no más de 150 días de clases en el presente ciclo lectivo, con lo cual se volverá a incumplir con la obligatoriedad de los 180 días exigidos por ley nacional. Y llevamos cinco años desdeñando estas obligaciones.

En medio del ruido de esta contienda y la mezquina preocupación por cortes de ruta que amenazan con malograr la semana extralarga de descanso entre el feriado del 2 de Abril y Pascuas, ¿alguien se ha preguntado por el derecho de estos estudiantes? No se advierten entre actores del conflicto, padres y organizaciones sociales voces sonoras de queja por el grave atraso en el conocimiento que provocan más de tres semanas de aulas paralizadas. Recién hoy aparecen las primeras manifestaciones en diarios y radios.

En el plano del planteo salarial, es evidente la ausencia de moderación, cuando se mide el abismo que hay entre las posturas de las partes.

ATEN aprovecha un Neuquén en transición electoral y cierto principio no confesado de que vale todo, porque en esta provincia que se mueve al ritmo del petróleo hay plata para repartir. Puede entenderse tal actitud. Ha sido el gobierno el que ha minado su propia autoridad para poner límites a la puja sectorial por los recursos públicos, en primer lugar ejerciendo una administración dispendiosa e inclinada al gasto superfluo.

El Ejecutivo endeudó recientemente a la provincia en 250 millones de dólares al emitir bonos para financiar obra pública que no reviste ninguna prioridad. Lo hizo a pesar de que en los últimos años la devaluación sumada al aumento exponencial del precio del petróleo triplicaron el presupuesto provincial.

Por si fuera poco, el gobernador Sobisch se ha empeñado en llevar adelante una campaña presidencial cuyo financiamiento es un enigma que pesa sobre las conciencias de los ciudadanos y que lo ha mantenido prácticamente alejado de sus responsabilidades públicas durante los últimos cuatro años.

Más allá de la oportunidad, una actualización salarial (reclamo razonable en un contexto de inflación y particularidades regionales del costo de vida) se convierte en una señal de alarma para las finanzas provinciales si no se formula de manera responsable y en sintonía con las posibilidades reales del presupuesto, previendo las consecuencias futuras.

Una tentación facilista de generar subas desmedidas -amén de multiplicar demandas similares en otros sectores del Estado provincial- puede conducir a desequilibrios presupuestarios que lamentarán, no sólo la próxima gestión en Neuquén, sino todos los neuquinos.

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