"Quiero volver a estar dentro de los 20 mejores, y sé que puedo conseguirlo". Guillermo Cañas atraviesa quizá por el mejor momento de su vida. Es cierto que poco antes de la sanción por dopaje estaba metido entre los top ten (8º), pero su popularidad no tenía ni por asomo la magnitud que hoy ostenta.

Sus colegas le ofrendaron todo tipo de elogios, los medios más influyentes del mundo le brindaron párrafos enteros a su esfuerzo, valentía y corazón a prueba de todo riesgo y hasta el mismo Roger Federer se rindió ante quien se muestra como su nueva 'bestia negra'. Lejos quedó aquel 2005 borrascoso, cuando en Acapulco un diurético le arrancó la raqueta de esa derecha actualmente implacable.

Nadie sale del asombro ante este nuevo fenómeno engendrado en Tapiales. Hoy parece lejano, pero hasta no hace mucho Cañas estaba fuera de las canchas. Pasaron 15 meses y su silencioso regreso, el 11 de setiembre pasado, fue en el challenger de Belem (Brasil), que ganó y lo dejó en el puesta 514º. Seis meses después Cañas escaló hasta el lugar 55 y la semana próxima, como mínimo, estará ubicado en el escalón 43.

Las dos victorias en 16 días ante el 'Expreso suizo' robustecieron el amorío que mantiene con el pueblo argentino. Queda en claro que 'Willy', aún con 29 años, puede disputarle, sanamente, el liderazgo de La Legión a un David Nalbandian que, en contrapartida, se cayó del top ten.

Cañas sacó a florecer en muchos el sentimiento de patriotismo. Así, los ojos se plantaron en la pantalla y esperaron que, como Federer con 'Willy', Nadal se dejara hipnotizar con el juego del pibe Juan Martín del Potro. Claro, el mallorquín estaba en su noche y no se dejó sorprender: fue 6-0 y 6-4.

Ya no pasará desapercibido Cañas. Cada vez que salga a escena se lo recordará como aquel que venció al Nº 1 en Indian Wells y Miami, en apenas 16 días. Sí, un argentino le recordó a Federer que hasta las leyendas pueden ser derrotadas por un simple mortal.