SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La familia Campi demostró que "los sueños pueden cumplirse" y que "la vida no termina con los hijos".

En un viejo colectivo Bedford recorrieron toda Sudamérica aproximadamente 40 mil kilómetros durante 15 meses, y a su regreso afirmaron estar sorprendidos por "la solidaridad que encontramos en la gente".

Mariano Campi y Fátima Mariño vivieron una real aventura y experiencia de vida en familia con sus hijos Gaspar (3 años), Lucas y Laura (mellizas, de 7) y Luna (9).

"Siempre nos gustó viajar y por ello compramos el colectivo, modelo 1965, que ya estaba convertido en casa rodante", explicaron en diálogo con "Río Negro". Aseguraron que su anterior propietario lo había dejado "hecho un chiche" y por ello se animaron a emprender un viaje tan largo. Previamente viajaron hasta El Chaltén, Santa Cruz, donde Mariano trabajó en la construcción de las nuevas dependencias de Fitz Roy Expediciones, una empresa de turismo aventura en el sur de Santa Cruz.

"El plan inicial fue ir por tres meses a Brasil", explicó Fátima.

Partieron de esta ciudad el 15 de diciembre de 2005, con destino a Uruguay. No obstante, en las playas brasileñas resolvieron prolongar su estadía. "Constatamos que no hacía falta tanta plata para viajar y además aprendimos a hacer artesanías que nos compraba la gente, con lo cual generamos ingresos para pagar la comida y el gasoil, los dos principales costos durante la aventura", explicaron. Señalaron que no gastaron dinero en hoteles, restaurantes ni en traslados.

Durante el viaje Mariano se convirtió en un experto mecánico, ya que periódicamente tuvo que hacerle algún ajuste al colectivo. En ello destacó la ayuda de su anterior dueño, "al cual varias veces llamé por teléfono para que me explicara cómo se podía solucionar tal o cual problema", dijo.

En Quito, Perú, llegaron a fabricar un sincrónico para la caja de cambios, con la fresa de un dentista que atendía frente al taller mecánico donde se reparó el colectivo. "Fue uno de los tantos que no aceptó que le pagáramos el arreglo", recordó. Dijo que la mayoría de la gente los alentó para que continuaran con el viaje.

En Brasil, donde permanecieron siete meses, aprendieron a hablar portugués y vieron el campeonato mundial de fútbol del año pasado. Todos son amantes de este deporte y Fátima tiene el orgullo de ser hincha de Racing. Allí resolvieron pintar en la parte trasera del micro un mapa de Sudamérica, y a medida que avanzaron por el camino anotaron la fecha y las ciudades que visitaron. También escribieron con letras bien grandes "Bariloche, Patagonia, Argentina", lo cual fue uno de los motivos para que les hicieran una gran cantidad de notas en diarios, revistas y canales de televisión. "Nos sentíamos embajadores de nuestra ciudad", señalaron.

Fátima es profesora de educción física y conoció a Mariano en Buenos Aires. Resolvieron vivir en el sur y llegaron a Bariloche hace 12 años. Aquí nacieron sus cuatro hijos. Mariano piensa escribir un libro y ya tienen un blog en Internet, www.rodandoamericadelsur.spaces.live.com que ahora será remodelado. Recibieron centenares de cartas en su correo, Fátima2902@hotmail.com en particular de los amigos que hicieron durante el viaje.