Así tituló el diario "Página 12" una larga e importante nota sobre la ley de protección integral de niñas, niños y adolescentes vigente en la provincia del Neuquén

Llevamos siete años de ruidosos intentos de modificaciones y retrocesos en la ley por parte del gobierno provincial y sectores afines.

Como en la larga lucha parlamentaria por su aprobación, que por la tenacidad de muchos y muchas neuquinas y la perseverancia de nuestro bloque en la insistencia para su aprobación, lo hicimos prácticamente por unanimidad a última hora de la última sesión de todo el período parlamentario.

Quiero recordar que con el doctor Gustavo Vitale precisamente, quien trabajó muchas horas junto con otros valiosos compañeros y quien escribe esta nota teníamos estas ideas, esta actitud y convicción respecto de la defensa de los derechos de los niños neuquinos y argentinos todos, mucho antes de la coyuntura política que nos lleva al Poder Legislativo.

Por supuesto, desde el primer día en nuestro bloque del Frente Grande y cumpliendo con lo que habían expresado nuestros dirigentes en todo momento de la campaña electoral nuestra defensa de la Convención Internacional por los Derechos de los Niños estuvimos corrigiendo y ultimando detalles y listos para presentar ese proyecto de ley que no salía de ninguna improvisación, ni trasnochada demagogia en favor de los felices niños, sino que representaba en su letra y en su espíritu a buena parte de la ciudadanía neuquina.

Las mezquindades, los intereses secundarios de la llamada práctica política nos llevaron muchas horas y perseverantes negociaciones para que este proyecto fuera ley. Así fue como aportaron para su concreción el llamado sector "blanco" (sobischista) del MPN, el bloque justicialista, el radical y buena parte del sector oficialista de entonces (felipista) del MPN.

Hasta aquí la somera historia de datos y hechos.

Hoy, casi siete años después y ante la insistencia del gobierno y de algunos sectores de la sociedad neuquina de encubrir con reformas y modificaciones a la ley sus reales pensamientos éstos son mano dura, igual trato que a los adultos, encierro, penas sin más o, como contraparte, porque son chicos ¿hay que permitirles todo? alertamos sobre el trasfondo antidemocrático, autoritario y despreciador de valores constitutivos de derechos humanos.

Imagino que ninguno de nosotros niega y se niega a discutir propuestas que mejoren aspectos diferentes de cada uno de los capítulos de la ley 2.302. No obstante que cinco, diez, cincuenta eso es 'sin cuenta' veces la sometimos al análisis y estudio de asesores de todos los bloques y a UNICEF que nos acompañó y supervisó todo el tiempo. Ahora bien, a lo que nos negaremos muchas y muchos ciudadanos neuquinos y no neuquinos es a que con el ropaje argumental de cambios a la ley se quiera volver a más exclusión, más injusticia, al débil ejercicio democrático de que quien gobierna tiene razón, a la real dificultad de transparencia y rigurosidad de ida y vuelta en los espacios políticos, a la necesidad de enseñar con el ejemplo de la idea puesta en acción cotidianamente, la consolidación institucional que tal mal anda y tanto nos preocupa.

La reflexión que hacemos es ¿qué defendemos cuando defendemos la plena vigencia de esta ley? A los niños, a la educación, a la salud, al despliegue de las potencialidades humanas, al creciente ejercicio ciudadano. A la democracia y a la autenticidad de la libertad.

Eso es un niño sujeto de derechos. Y entonces... será persona.

ALICIA GILLONE (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Médica, ex diputada provincial de Neuquén.