CARACAS (AFP) - El proyecto del Socialismo del Siglo XXI carece del respaldo de la mayoría en Venezuela, pero los pobres toleran las desmesuras del presidente Hugo Chávez por su liderazgo emocional basado en un discurso social, indica el último estudio de la encuestadora privada Hinterlaces.
La encuesta se hace en momento en que el presidente venezolano anunció la profundización de su model, con la conformación de un partido único y en lo económico, con la expropiación de más de 330.000 hectáreas de tierras que consideró "improductivas", las cuales se sumarán a los proyectos de ganadería y agricultura que el gobierno ya puso en marcha en otros dos millones de hectáreas de tierras expropiadas.
Amas medidas generaron resistencias, tanto de partido menores que apoyan a Chávez y se niegan a perder su identidad, como de los sectores ganaderos, que acusaron al mandatario de buscar "la quiebra agropecuaria nacional" y de la "producción privada para que todos los bienes pasen a manos del Estado".
Un 45% de los entrevistados en el estudio de la empresa de opinión pública está "en desacuerdo" con la propuesta de establecer el socialismo en el país" y un 22% "no sabe o no responde". En cambio, un 33% acepta la propuesta, no obstante la mayoría asocia la idea de "socialismo" con programas sociales y solidaridad que han dado la popularidad del 65% al mandatario.
El rechazo se dispara al 86% cuando se interroga sobre la posibilidad de "establecer un socialismo como el cubano". Un 78% rechaza la "confrontación violenta y grosera con Estados Unidos", y pese a que un sector está de acuerdo con las posiciones "valientes" y "soberanas" del presidente, critica sus "excesos y groserías". La división de opiniones es casi exacta cuando se interroga si Chávez está "concentrando demasiado poder", con las medidas radicales tomadas desde el inicio de su segundo mandato en enero: un 46% está en desacuerdo y un 47% de acuerdo.
Con relación a la reelección indefinida, un 61% se manifiesta en desacuerdo y un 86% rechaza "las expropiaciones de empresas privadas". Un 85% considera que "lo que más daño le está haciendo al gobierno de Chávez y a la revolución es la inseguridad, la corrupción y la ineficiencia de su equipo".
Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces, afirma: "Se percibe desaliento, decepción, descontento e impaciencia ante la falta de resultados, la ineficiencia y la corrupción del gobierno". Pero Chávez aún tiene un amplio margen de maniobra: "Todavía las críticas al proceso revolucionario expresan más la decepción y el desencanto que desacuerdos y rechazos a la propuesta política básica: es decir a la opción por los pobres y los excluidos". Y explica: "no olvidemos que Chávez es consecuencia de la ruptura social y no su causa".