CARTAGENA DE INDIAS (DPA) - El IV Congreso Internacional de la Lengua Española comenzó ayer en Cartagena de Indias con la presencia de los reyes de España Juan Carlos y Sofía, el presidente anfitrión, Alvaro Uribe, y el Premio Nobel Gabriel García Márquez.

García Márquez ingresó al lugar en medio de aplausos, acompañado de su amigo mexicano Carlos Fuentes. Vestido con un traje blanco, alzó los brazos y cruzó las manos en un saludo al auditorio, en medio de continuados aplausos y flashes fotográficos. En el auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones de la ciudad a orillas del Caribe tomó la palabra en primer lugar César Antonio Molina, director del Instituto Cervantes. "Estamos ante una cita asentada, ineludible. No existe ningún acontecimiento semejante en torno a ninguna otra lengua en el mundo". El director del Cervantes destacó que el español se ha anticipado en este sentido a otras lenguas, a la vez que resaltó el carácter incluyente de los congresos. "Muchas gracias por su obra, García Márquez", dijo además Molina, en medio de renovados aplausos para el padre del realismo mágico.

Por su parte, el escritor argentino Tomás Eloy Martínez recordó la publicación de "Cien años de soledad" hace 40 años en Buenos Aires, y también señaló: "La lengua es nuestra patria común".

El homenaje tan esperado

"Ni en el más delirante de mis sueños, en los días en que escribía "Cien años de soledad", llegué a imaginar que podría asistir a este acto para sustentar la edición de un millón de ejemplares", dijo García Márquez a la hora de su homenaje. El director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, le entregó el primer ejemplar de la edición conmemorativa de la mítica saga de los Buendía en Macondo.

"Pensar que un millón de personas podían leer algo escrito en la soledad de mi cuarto con 28 letras del alfabeto y dos dedos como todo arsenal parecería a todas luces una locura", apuntó García Márquez, largamente aplaudido por los asistentes. "Hoy las Academias de la Lengua lo hacen como un gesto hacia una novela que ha pasado ante los ojos de 50 veces un millón de lectores y hacia un artesano insomne como yo que no sale de su sorpresa por todo lo que le ha sucedido".

"Pero no se trata ni puede tratarse de un reconocimiento a un escritor. Este milagro es la demostración irrefutable de que hay una cantidad enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana y por lo tanto un millón de ejemplares de "Cien años de soledad" no son un millón de homenajes al escritor que hoy recibe sonrojado el primer libro de este tiraje descomunal", señaló el padre del realismo mágico. " No sé a qué hora sucedió todo, sólo sé desde que tenía 17 años y hasta la mañana de hoy no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días, sentarme frente a un teclado para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador con la única misión de escribir una historia aún no contada por nadie que le haga más feliz la vida a un lector inexistente", apuntó el autor.