ZAPALA (AZ).- La Cámara Multifueros de esta ciudad condenó ayer a Inocencio "Cachencho" Curruhuinca a nueve años y medio de prisión, como autor del crimen de Sergio Trevisán, ocurrido el año pasado en San Martín de los Andes.

El fiscal Héctor Trova había solicitado once años mientras que el querellante Matías Pintos pidió veinte de de cárcel.

El fallo del tribunal fue duramente cuestionado por los familiares de Trevisán, quienes se mostraron "indignados" frente a lo que consideraron una condena "muy leve".

"Entiendo que la amnesia de Curruhuinca es mendaz ya que dijo en su indagatoria que no recordaba haber estado con Trevisán y sin embargo tiene memoria de haber bebido hasta poco antes del episodio en el que éste termina muerto", señaló el camarista Víctor Hugo Martínez en un tramo del veredicto leído ayer a la tarde en Zapala.

El juez enfatizó que todos los relatos coinciden en señalar que el imputado no presentaba los síntomas clásicos de la ebriedad completa y que su conducta era la de una persona que "comprendía lo que hacía y no tenía dificultad para el gobierno de sus acciones".

Dentro de los atenuante, tuvo en cuenta la primariedad de Curruhuinca, el buen concepto del que goza en su medio y la ocasionalidad del luctuoso suceso en el que tuvo influencia decisiva el alcohol, "librando los rígidos frenos que se ha impuesto el imputado para domesticar su personalidad de acuerdo al informe del licenciado Colazzo".

El camarista Oscar Rodeiro adhirió al voto de Martínez y agregó que "la ebriedad, para ser causa de inimputabilidad, debe ser aguda o completa provocando en el sujeto activo del delito la supresión de la conciencia".

En este caso, Rodeiro sostuvo que "los datos del dosaje de alcoholemia, aunados a los informes de los peritos, permiten afirmar que el encartado era plenamente consciente de sus actos".

Apenas finalizada la lectura del fallo, a cargo de la secretaria de Cámara Natalia Stornini, los familiares de Trevisán rompieron en llanto y criticaron la decisión de los jueces.

"Esta es la justicia que tenemos, están mandando un mensaje muy peligroso porque permiten que cualquiera vaya y mate para después quedar sin castigo", contó una joven con los ojos llenos de lágrimas. El grupo anunció que apelará el fallo al que consideran "injusto".

El hecho ocurrió el 4 de junio del año pasado a la salida del bar "El Yugo" ubicado en el acceso al patio de la vivienda 101 sobre la calle Los Piñones del barrio El Arenal.

Curruhuinca le asestó varias heridas punzocortantes a Trevisán utilizando un arma blanca tipo cuchillo con cabo de ciervo.

La víctima apenas sobrevivió unos minutos por la gravedad de las heridas que recibió. Cuando uno de los parroquianos del bar lo encontró debajo de las ruedas de un camión, ya estaba agonizando y poco pudieron hacer los policías que llegaron después para salvarle la vida.