El número tres del Departamento de Estado norteamericano, Nicholas Burns, recriminó ayer al gobierno argentino por permitir que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, realizara un acto contra del mandatario de los Estados Unidos, George Bush, en Buenos Aires.
"No creo que fuera lo correcto", dijo Burns durante una conferencia en el Consejo de las Américas en Washington.
El enojo norteamericano se conoció un día antes de que la primera dama y posible candidata a presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, llegue a Venezuela en un nuevo gesto de cercanía con el presidente venezolano Chávez. Ayer la senadora se reunió con el presidente ecuatoriano Rafael Correa, hombre muy identificado con Chávez.
La de ayer fue la primera vez que la Casa Blanca, a través de un funcionario del Departamento de Estado, se manifiesta de manera tan contundente sobre la relación entre el gobierno de Néstor Kirchner y Chávez.
El 9 de marzo, cuando Bush estaba en Montevideo, Chávez encabezó un acto en Ferro ante unas 20 mil personas, donde llamó al presidente norteamericano "cadáver político".
"Lamento que esa protesta se haya realizado allí (en Buenos Aires) el mismo día que nuestro presidente estaba en Montevideo", manifestó Burns.
Luego, dirigiéndose al embajador argentino en Washington, José Octavio Bordón, quien se encontraba entre el público de la conferencia, el funcionario norteamericano dijo que lo lamentaba pero que su comentario representaba el sentimiento que tenía su gobierno.
Burns, junto al Secretario de Asuntos Hemisféricos Thomas Shannon, visitaron la Argentina el 9 de febrero pasado, en teoría, para relanzar la relación de Estados Unidos con el país.
La expectativa estaba centrada en la hipótesis de que Estados Unidos promovería la relación con Argentina y Brasil, como socios de Washington pero también como marcos de contención ante la verborragia cha vista.
No obstante esa teoría comenzó a diluirse cuando Bush decidió emprender su gira por Sudamérica, haciendo escala en Brasil y Uruguay, entre otras naciones, pero no en la Argentina.
Una semana atrás, el propio Kirchner defendió su relación con Chávez y criticó a Bush por haber realizado una gira por Latinoamérica sin incluir a la Argentina y por haberse "olvidado" del país durante la crisis de 2001.
El jefe de Estado remarcó que Chávez fue "solidario" y "vino cuando la Argentina lo necesitaba y ayudó desde Venezuela", al tiempo que rechazó los cuestionamientos por haber tomado "partido" por el líder venezolano y recibirlo en Buenos Aires cuando Bush realizaba una visita a Uruguay y Brasil. "Para los hermanos de repúblicas latinoamericanas que nos han ayudado siempre las puertas de la República Argentina estarán absolutamente abiertas", subrayó.
Sobre Bush, señaló que "aquellos que nos olvidaron a los argentinos durante muchísimo tiempo, los gobernantes de otros países por más grandes que fueran pero que no nos tuvieron en cuenta si quieren venir a la Argentina o no, será problemas de ellos", sostuvo.
En aquel acto en el estadio de Ferro que molestó a la casa
Blanca, tal como lo reflejó el diplomático Burns, Chávez realizó fuertes críticas a Bush, al que calificó de "cadáver político".
Rodeado por organizaciones piqueteras, de izquierda y de las madres de Plaza de Mayo, Chávez arengó una silbatina contra "el caballerito del norte", como se refirió a Bush y gritó: "¡Gringo go home!", en alusión a la visita del norteamericano por América Latina. (DyN/AFP)