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Viernes 23 de Marzo de 2007
 
Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Otros dos testigos jaquean la coartada de Carrascosa
Dijeron haberlo visto en el Club House del Carmel. Uno de los testimonios fue contundente.
Carlos Carrascosa tuvo una nueva jornada desfavorable. Ayer, otros dos testigos complicaron su coartada. El martes continuará el juicio.
Carlos Carrascosa tuvo una nueva jornada desfavorable. Ayer, otros dos testigos complicaron su coartada. El martes continuará el juicio.
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BUENOS AIRES (DyN).- Dos testigos reforzaron ayer la teoría del fiscal Diego Molina Pico en el crimen de María Marta García Belsunce, al sostener que vieron al viudo Carlos Carrascosa en el club house la tarde en que mataron a la mujer.

Uno de ellos fue el mozo Gerardo Oberndorfer, quien atendió a Carrascosa e incluso le convidó un cigarrillo en esa lluviosa tarde, en un testimonio contundente que -no obstante- entró en pequeñas contradicciones con el de su ex jefa, la concesionaria del club house Alba Benítez.

También dijo haberlo visto el ayudante de cocina Javier Castro, aunque este joven no pudo precisar en qué momento del día vio al viudo hablando con la dueña del bar.

Mientras, el ex gerente del barrio privado, Julio Terán, contó que luego de que se supiera que María Marta había sido asesinada de cinco balazos en la cabeza, días después de la autopsia, fue convocado al estudio del abogado José Scelzi a una reunión, donde -

ante la noticia- se habló de los robos en el country, las sospechas sobre el vecino Nicolás Pachelo por esos hechos y los movimientos de los empleados de seguridad.

No obstante, el testigo no mencionó ninguna maniobra o complot por parte de la familia de la víctima, tal como se especuló en los pasillos de los tribunales de San Isidro al conocer esa situación.

Pero más allá de las hipótesis, rumores, versiones e interpretaciones, los jueces terminaron de escuchar a los cinco testigos y pasaron a un cuarto intermedio hasta el martes próximo, para seguir profundizando en los movimientos de aquel domingo.

También se esperan declaraciones de los empleados de la empresa de emergencias que atendieron los llamados del viudo pidiendo ayuda.

Ayer, la audiencia apuntó a reconstruir, con los diferentes protagonistas que estaban en el club house en la tarde del crimen, si habían visto al viudo allí aquel día. El dato no pasa inadvertido si se tiene en cuenta que fue el derrumbe de su coartada lo que llevó a Molina Pico a acusar al viudo de coautor del homicidio de su esposa, y no sólo del encubrimiento del crimen, tal como hizo con los allegados y amigos de la víctima.

El testigo de más peso fue Gerardo Oberndorfer, el mozo del club house que se mostró firme y seguro ante el tribunal de San Isidro al volver a poner bajo la lupa la coartada de Carrascosa y enfatizar que recuerda perfectamente que lo vio aquel domingo 27 de octubre de 2002 y no otro día.

"El partido River-Boca estaba terminando y yo salí a ver si pasaba alguien porque quería festejar. Vi al señor Carrascosa estacionar la 4x4 en la playa de estacionamiento que estaba vacía. Pero no le hice ningún comentario (sobre el partido) porque no tenía confianza", aseguró el mozo. "No estuvo mucho, 15 minutos. Se sentó en el living y pidió un café y un lemoncello. También me pidió que le convidara un cigarrillo", aseguró.

 
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