WASHINGTON (Télam).- Los demócratas del Congreso estadounidense redoblaron ayer su puja con el presidente George W. Bush al aprobar la citación de su principal asesor para que declare por el despido de ocho fiscales, mientras se aprestan a votar hoy una ley que incluye la retirada de Irak.

El comité judicial del Senado estadounidense aprobó la citación de Karl Rove y de otros funcionarios para que declaren en la investigación por el relevo de ocho fiscales federales que, según la oposición fue una "chapucera" purga con motivaciones políticas. La citación de Rove profundiza el conflicto de poderes entre el Congreso, dominado por la oposición demócrata, y el Ejecutivo republicano .

El escándalo creciente colocó contra las cuerdas al secretario de Justicia, Alberto Gonzales, considerado el ideólogo del despido de los fiscales. Otra citación fue aprobada el miércoles último por un subcomité de la cámara baja, que también quiere establecer si el secretario Gonzales y otros prominentes miembros de la Casa Blanca ordenaron la cesantía de los fiscales.

El Congreso rechazó ayer la propuesta del mandatario y aprobó la emisión de las órdenes de comparecencia que llevarán a Rove y a otros funcionarios a audiencias en las que deberán declarar bajo juramento y ante las cámaras de la televisión. El caso de los fiscales puede convertirse en detonante de una crisis mayor porque Bush defiende a ultranza a su ministro Gonzales, a quien los legisladores demócratas e incluso republicanos le exigen la renuncia.

Por otro lado, Bush volvió a reclamar al Congreso que apruebe "rápidamente" y "sin condicionamientos" los fondos para las nuevas operaciones militares en Irak. Pero la Cámara de Representantes (diputados) aprobaría hoy la iniciativa demócrata que otorga 124.000 millones de dólares para las operaciones militares en Afganistán e Irak, pero incluye una cláusula por la cual las tropas deberán abandonar ese país el 1 de setiembre del 2008.