No lo dijo en forma irónica ni jocosa. Fue sincero, nada más. El filandés Kimi Raikkonen reconoció que su victoria en el Gran Premio de Australia fue tan sencilla que en una curva estuvo a punto de dormirse. Sí, de dormirse a casi doscientos kilómetros por hora.

Según explicó el finés de Ferrari en la página web de la escudería, estuvo a punto de dormirse a falta de diez vueltas para ganar la primera prueba del Mundial de Fórmula 1.

"En una ocasión, a diez vueltas del final, ¡casi me duermo! Me distraje, mi nivel de concentración bajó un poco y tomé la curva tres demasiado abierto", explicó Raikkonen. "Incluso sin radio sabía que me estaban gritando ¡Kimi, despierta!", aseguró.

Ferrari mantuvo informado a Raikkonen desde los paneles de la línea de llegada, aunque no siempre pudo verlos. "El mayor problema fue la falla de la radio, que comenzó en la grilla. Desde ese momento no me pude comunicar. Por suerte habíamos planificado la prueba al minuto. Sabíamos que el ritmo del auto era competitivo, no tuve que ir al límite, aunque quizás con la radio hubiera ido más rápido".