BUENOS AIRES (Télam).- Dos testigos desmintieron ayer la versión de Carlos Carrascosa acerca de que la tarde del crimen de su esposa María Marta García Belsunce, estuvo mirando un partido de fútbol en la casa de su cuñado, y luego la encontró muerta en su casa del country Carmel de Pilar.

Se trata de Alba Benítez, encargada del club house del country, y Catalina Vargas, mucama de la casa de Guillermo Bártoli -cuñado de la víctima-, que ayer declararon en la decimocuarta audiencia del juicio que se sigue contra el viudo.

Benítez detalló con precisión que la tarde del 27 de octubre de 2002, cuando María Marta fue asesinada, Carrascosa fue al club house del country "entre las 6 y las 7 de la tarde y permaneció allí unos 15 minutos", pero el viudo siempre dijo que en ese lapso permaneció en lo de Bártoli y se retiró poco antes de las 19 hacia su casa.

"Ese domingo estuvo Carrascosa tomando café. Se sentó enfrente mío, el mozo le sirvió café y después yo lo invité un lemoncello. Lo recuerdo porque jugaba River-Boca y era un partido muy importante", afirmó Benítez, quien remarcó que fue "el único cliente de la tarde".

Consultada sobre si le facturó o si entregó un ticket por el café al viudo, la mujer se mostró ofuscada y respondió: "Era un peso, no le voy a dar un ticket por eso".

Sobre la conversación que mantuvieron, dijo que Carrascosa le sugirió que "no se cargara de gente durante el verano porque en enero todo el mundo se iba a Punta del Este" y que lo notó "con su misma cara de siempre".

"Es una persona seria, normal. El señor Carrascosa no es una persona que anda repartiendo sonrisas por todos lados", dijo la testigo, lo que provocó carcajadas entre el público presente en la sala.

La encargada dijo que varios empleados presenciaron la conversación, entre ellos el mozo y el chico que entregaba pedidos, y que era frecuente que Carrascosa fuera otros días de la semana a su negocio, pero no el domingo. También recordó que la no

ticia de la muerte de María Marta en "un accidente doméstico" se la dio el domingo a la noche un vecino, el doctor Eduardo Záncoli, cuando fue a su comercio y que ella le comentó: "Pobre Carrascosa, justo estuvo esta tarde acá tomando un café".

La testigo relató que después de que se conociera su declaración contra el viudo, "vino una señora del country al club house", Dolores Gayan de Sanjurjo, y les dijo que eran "unos mentirosos" y los iban a echar del club, hecho que ella denunció ante el fiscal Diego Molina Pico.

Otra testigo relevante fue Vargas, quien dijo que vio a Carrascosa en la casa de Bártoli la tarde del crimen, pero aseguró que no se encontraba en ese lugar a las 6 de la tarde cuando ella fue al living a retirar las tazas del café que había servido más temprano y que el televisor estaba apagado. "Estoy segura que fue a las 6 porque tocó el top de la radio", afirmó Vargas, quien debió soportar decenas de preguntas con detalles de cómo era ese sonido, si alguna persona había dado la hora en la emisora, etc.

"¿Usted nunca escuchó la radio, señor?", le preguntó, cansada, la testigo al fiscal Diego Grau, lo cual generó risas en la sala.

Finalmente, el fiscal pidió la detención de la testigo Delfina Figueroa, quien ofreció una versión confusa y contradictoria de lo que ocurrió la tarde del asesinato y de su encuentro con el viudo y con el cuñado de la víctima. Sin embargo el pedido fue desestimado.