NEUQUEN (AN) - Casi 30 años después de su terminación, la pared de la presa que regula el caudal con el que el río Neuquén llega al valle, El Chañar, muestra las huellas del paso del tiempo: las pesadas rocas que protegen el espaldón que da al pequeño embalse fueron cediendo y dejaron al descubierto zonas sensibles de la obra. Por eso, la hidroeléctrica Cerros Colorados está reparando ese revestimiento de basalto en un procedimiento que durará más de un mes y que supone la colocación de una cantidad de material que entra en 1.000 camiones.

Las obras de refuerzo de la pared de la presa El Chañar se completan con el sellado de la juntas del hormigón en los 2.200 metros de la obra que tienen este tipo de protección.

La concesionaria de la hidroeléctrica, Duke Energy, invertirá 1.100.000 pesos en estos trabajos que forman parte del necesario mantenimiento de una presa clave en la regulación de los caudales. Para ello debe, por estos días y sólo durante unas horas, bajar el nivel del estanque para dejar al descubierto las cotas más bajas de la construcción.

Cada obra de ingeniería tiene su atractivo para los que conocen o disfrutan de ellas porque el diseño original suele terminar siendo adaptado a lo que la realidad del entorno indica.

El Chañar seduce no por su esbeltez ni su tamaño (tampoco por su capacidad de generación: podría tener pero nunca le instalaron turbinas para producir electricidad), sino porque se buscó para cada etapa de sus 6.600 metros de largo un modelo de construcción acorde al tipo de suelo y las necesidades: es toda de materiales sueltos, pero hay sectores con y sin núcleo impermeable y otros que en vez de roca está protegido por una pantalla de hormigón.

Los fuertes vientos de la Patagonia forman olas en los embalses que, a su vez, hacen que el enrocado de una presa como El Chañar vaya deslizándose hacia abajo y creando pozones.

Hidronor, la empresa estatal que construyó en la década del 70 este dique compensador, previó que algo así podía pasar y almacenó, a un lado de la obra, unos 6.000 metros cúbicos del basalto que usó para el "rip-rap" (así se llama la cobertura de una presa de materiales sueltos).

Tres décadas después la empresa contratista de los trabajos, que ganó experiencia en esta tarea en Casa de Piedra, sólo tuvo que ir a buscar esas piedras que Hidronor llevó en tren desde Zapala hasta Cordero.

Las rocas se colocan en jaulas que viajan sobre los camiones. Una enorme pluma eleva el cubículo y deja caer la carga en el sitio donde el "rip-rap" está deteriorado. La maniobra no es sencilla porque de la correcta caída de las rocas depende el uso óptimo de material de disponibilidad acotada.

Una vez que la máquina hizo lo suyo, operarios con barretas hacen el resto, siempre con sumo cuidado porque el tamaño hace de la roca un elemento peligroso.

Se estima que se precisarán 5.000 metros cúbicos de roca para el total de reparaciones (unos 3.800 metros lineales). Como cada camión no puede cargar más de 5 metros cúbicos, se precisarán 1.000 viajes para completar la reparación.