Ya no hay dudas de que Rafael Di Zeo pasarán sus próximos años en prisión. El martes la Corte Suprema le rechazó el recurso de queja y terminó con sus expectativas de libertad. Ahora, el único bálsamo que le queda es conseguir alguna concesión de la justicia, para cumplir su condena de la mejor forma posible.

Si bien no lo confirman, los asesores legales del jefe de La 12 se encuentran 'negociando' su entrega. "Di Zeo no quiere por nada del mundo ir a parar a la cárcel de Devoto. Pero además, pide una celda de máxima seguridad, con no más de cuatro personas adentro", le contó a Río Negro Gustavo Grabia, especialista en casos judiciales del diario deportivo Olé.

Lo que sí dejó en claro el abogado José Monteleone es que los seis 'barras' prófugos se van a entregar en el transcurso de la semana. Todos están condenados por "coacción agravada".

Hay una razón por la que el sucesor de Jose Barrita teme terminar tras las rejas de Devoto. Es que allí cumplen su condena algunos de los laderos del fallecido 'Abuelo', encarcelados en 1994 tras los asesinatos de Walter Vallejos y Angel Delgado, dos hinchas de River.

Ellos acusan a Di Zeo de darles la espalda tras ser condenados con penas de hasta 20 años.

Di Zeo se encuentra entre la espada y la pared, y "no zafará de la condena" a cuatro años y tres meses por la emboscada que le tendió parte de La 12 a los de Chacarita en el '99, se juega Grabia.

El periodista tiene la certeza de que ni a la justicia ni a la policía " les interesó demasiado que (el barra brava) se fugara", sabiendo que lo hizo (el 9 de este mes) 45 minutos después de haber declarado en tribunales.

Muchos son los rumores, pero al parecer está descartado que Di Zeo se encuentra escondido en Fuerte Apache, y todos los caminos conducen a Uruguay.

También se especula con que estaría acompañado por los otros cinco 'barras' fugados: su hermano Fernando, Gustavo 'Oso' Pereyra, Fabián Krugger, Juan Castro y Diego Rodríguez.

"El poder le soltó la mano. Se entregará en cuestión de horas", asegura Grabia. Di Zeo siempre se jactó de su "agenda", donde atesoraba números de "gente poderosa". Con esas relaciones, se cree, consiguió 'freezar' la causa (durante varios años) por la que ahora la justicia le quitará la libertad. Pero el timón dio un giro intempestivo, y ya desde hace un tiempo dejó de "ser intocable".

Otro dato que lo comprueba es que la Sala Uno de la Cámara Penal ratificó su procesamiento y el de sus laderos por la causa de asociación ilícita iniciada tras los incidentes contra los hinchas de Banfield, ocurridos en 2003.