Por lo que informan los organismos especializados de las Naciones Unidas, dentro de treinta años, el noventa por ciento de la población mundial no tendrá agua potable (limpia, no contaminada, sana) apta para el consumo humano.

Nada menos que el Pentágono (febrero del 2004) ha elevado al gobierno y al Congreso norteamericanos un informe, señalando que por efectos del calentamiento global (efecto invernadero) el tema se agravará y sufriremos sequías, variaciones climáticas de todo tipo, huracanes e inundaciones, etc., afectando seriamente los recursos hídricos. Como el informe es del Pentágono, está vinculado a la "defensa" de los EE.UU. Por lo tanto, para ese "enemigo" climático (al que, a su vez, ayudan a desarrollar en forma permanente) sugiere promover políticas (similares a las aplicadas para el petróleo), es decir lisa y llanamente apropiarse de los recursos, en este caso el agua potable, en cualquier lugar en que ésta se encuentre.

No debe extrañar entonces que en los principales lineamientos estratégicos evaluados en el Documento Santa Fe IV último trabajo suscripto por el teniente general Gordon Sumner Jr y Lewis Tambs, asesores del presidente George Bush (h) se consignen los problemas o elementos importantes para la seguridad de EE.UU. En este nuevo documento se puntualizan los aspectos centrales de la problemática a enfrentar en el continente en especial en América Latina (aspectos centrales de una problemática conocida en el informe como las "Nueve D" ) y la estrategia a seguir después del "abandono" de la administración del presidente Clinton, según lo denunciara el senador James P. Lucier en la introducción al Documento Santa Fe IV.

De acuerdo con la evaluación del Comité de Santa Fe, fielmente seguida en la política de Bush (h), se debe lograr: "Seguridad en que los países del hemisferio no sean hostiles a nuestras preocupaciones de seguridad nacional. Además, que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales. Una doctrina Monroe, si quieren".

Desde este enfoque geoestratégico del imperio, podríamos contestar correctamente cuáles son los intereses reales que informan la situación nueva que se está creando en la Triple Frontera: asentamiento de tropas de EE.UU. con inmunidad territorial, que responden al Comando Sur, con asiento en Miami, e instaladas en Paraguay desde el año 2002, adoctrinadas y especializadas por la CIA en lo que es la base militar de ese país, denominada Mariscal Estigarribia. Esos intereses son: agua dulce, hierro del Mutún, gas, petróleo, cuenca amazónica; es decir disponibilidad de recursos naturales con asentamiento militar estratégico en el Cono Sur.

Extensión del Acuífero

El Acuífero Guaraní se extiende por debajo de las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. La evaluación hasta ahora de su superficie supera el 1.100.000 km2, de los cuales corresponden a Brasil más de 800.000 y más de 200.000 a la Argentina, dividiéndose entre Paraguay y Uruguay el resto. Se ha estudiado que, por el norte, el Acuífero toma contacto con el Pantanal, que a su vez se conecta con el Amazonia. Pero aún no se ha determinado el límite oeste en el Paraguay y en la Argentina. Se estima con muy buenos fundamentos que se prolonga hacia la cuenca del Bermejo. También se desconoce el límite sur en la Argentina. Se presume más allá de la laguna Mar Chiquita y no se descarta que continúe en la Región Pampeana proclive a inundaciones, aun introduciéndose en la Patagonia hacia la Región de los Grandes Lagos.

Entonces, conviene investigar las compras de tierras (más de 200.000 hectáreas) que se están realizando en esa zona, por personajes precisamente norteamericanos, como Mr Tompkins, que ha cobrado notoriedad hace muy poco. También la Iglesia vinculado o no a este hecho ha señalado en un documento su preocupación por la extranjerización de tierras en la Argentina, lo que ha motivado una iniciativa de investigación avalada por cuarenta legisladores.

La magnitud de este formidable reservorio de agua dulce es estimada en 55.000 km3 (un km3 equivale a un billón de litros). Una explotación racional podría abastecer a más de 700 millones de personas (superior a la población de América Latina) con una dotación de 300 litros diarios por habitante. El área de recarga y descarga del Guaraní y las áreas donde existen altas concentraciones de usos y usuarios se consideran áreas críticas (hots spots); una de las más importantes se encuentra precisamente en la Triple Frontera, área ya "calificada" por el Pentágono como "estratégica" para los EE.UU.

Los proyectos para el Acuífero

El estudio del Acuífero Guaraní fue realizado por las universidades nacionales de los cuatro países a los que pertenece. Sin embargo, en la década de los noventa los gobiernos de la región decidieron transferir el proyecto al Banco Mundial (BM), el que rápidamente determinó que el destino de éste sería "preservar su contaminación" y lograr el "desarrollo sustentable del mismo". Si se leen las declaraciones del mencionado Mr Tompkins resultará claro el objetivo protector ambientalista y de desarrollo (según él dice) que lo inspira para las 200.000 hectáreas que ha adquirido.

La cuestión es que hoy los países de la región que lo abarcan no pueden usar libremente el recurso. En los términos del acuerdo (neocolonial) de transferencia territorial se estableció que los costos para el "desarrollo sustentable" se pagarían en especie (término que parece claro como el agua clara).

No conocemos los proyectos de utilización del agua del Acuífero realizados por el BM (salvo el uso hidrotermal existente realizado por nuestro país). Sabemos de su excelente calidad para consumo humano, industrial y de riego. El gobierno de Brasil en el año 2000 presentó una propuesta al BM para la creación de una red de monitoreo del Acuífero Guaraní para establecer sus potencialidades. Esta propuesta comenzó a implementarse en el año 2004, sirviendo al BM para tomar posesión del recurso con los silencios cómplices de los gobiernos de Argentina, Paraguay y Uruguay. Mientras tanto, la Organización Internacional de Energía Atómica, a pedido del BM, ha realizado estudios isotópicos de las aguas del Acuífero Guaraní, determinándose que es rico en elementos químicos indispensables para las industrias espacial, aeronáutica y militar y se han trasladado isótopos de nuestras aguas del Guaraní a laboratorios de Coca-Cola. Nestlé ya tiene plantas separadoras de estos elementos en la región.

La secretaría del proyecto tiene sede en Montevideo y dos veces por año debe informar el avance de los estudios al BM, el que determina las pautas y lineamientos a seguir. El BM creó un fondo llamado de "ciudadanía" por u$s 240.000, para apoyar estudios con aguas subterráneas y especiales en el Acuífero Guaraní. Se le otorgan fondos a universidades y organizaciones ecologistas que trabajan para el BM. También asignó fondos por u$s 370.000, denominados "de universidades", para financiar proyectos de investigación sobre el Acuífero. Los proyectos presentados son supervisados por el BM. Los contratos estipulan que los investigadores (nacionales) responden directamente al BM; deben acatar sus directivas y todos los trabajos elaborados serán de autoría y propiedad intelectual compartida entre el BM, la OEA y los adjudicatarios de esos proyectos. Es decir, se valen de intelectuales de nuestras universidades, quienes se sienten orgullosos de haber sido seleccionados y bien pagados para producir información sobre un recurso estratégico, no para su país sino para las multinacionales que resultaran adjudicatarias y para los planes geopolíticos del imperio (colonización cultural).

El BM ha establecido un sistema centralizado de datos, dividiendo el Acuífero en dos zonas para su estudio: zonas norte y sur. En estos "nodos" o centros, que pueden ser nacionales, provinciales o locales, se vuelca toda la información obtenida sobre las características físicas, económicas y sociales de los países involucrados en el proyecto. Toda la información es procesada y administrada por el BM.

Se ha llamado a una licitación para la confección de un nuevo mapa del Acuífero que está en proceso por la empresa canadiense Tecsult, adjudicataria del mismo, para realizar estudios completos sobre el Acuífero Guaraní. Se han presentado empresas de todo el mundo, entre ellas del Estado de Israel, pero no conocemos quienes han resultado adjudicatarias (seguro que no hay empresas nacionales ni universidades nacionales). Se ha centralizado toda la información en el Sistema de Información del Sistema Acuífero Guaraní (SISAG).

Tampoco conocemos, si hay alguna iniciativa, o proyecto parlamentario solicitando información al Estado nacional sobre estas cuestiones que tienen que ver no sólo con nuestra soberanía nacional sino también con la vida de nuestros pueblos y la seguridad del país. Tienen que ver, en fin, con la política neocolonial estratégica del imperio, con la descolonización y la ruptura de la dependencia, tareas pendientes para el pueblo argentino y los países involucrados.

FRANCISCO TROPEANO (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Contador Público.