BUENOS AIRES (DyN).- Tres chicos confirmaron ayer ante el tribunal del caso que, minutos antes del crimen, vieron que María Marta García Belsunce volvía a su casa y se disponía a cruzarse con el vecino sospechoso, Nicolás Pachelo, mientras una cocinera puso en duda detalles que aportó el principal imputado, Carlos Carrascosa, a la hora de dar cuenta de los movimientos de aquel día.

Es que la mujer, empleada de la familia Binello, contó que aquel domingo 27 de octubre de 2002 sirvió el almuerzo al matrimonio Belsunce-Carrascosa cuando fue invitada a la casa de sus patrones, pero no recordó a ciencia cierta si el cuñado, Guillermo Bártoli, uno de los procesados por encubrimiento del crimen, estuvo en la reunión, tal como había dicho el viudo. A la hora en que la cocinera despertaba la atención del periodismo -pero no la de los fiscales-, Bártoli y su esposa, Irene Hurtig, se sacaban sangre en la Asesoría Pericial de La Plata, junto a los también hermanos de la víctima Horacio García Belsunce (h) y John Hurtig, con el fin de cumplir finalmente con las extracciones postergadas durante casi cuatro años por supuesta falta de garantías.

Rodeada por periodistas, Irene Hurtig insistió en la "inocencia" del viudo y la familia y apuntó sin nombrarlo a Pachelo o los vigiladores, mientras que Horacio García Belsunce se mostró molesto con la prensa y negó nuevamente que tanto él como sus allegados hubieran rehusado someterse a las pruebas de ADN.

A la espera de esos resultados para saber si a alguno de ellos puede pertenecer la sangre del supuesto asesino -demorarán unos veinte días-, el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro comenzó ayer a escuchar siete testimonios que abrieron la lista de los más de 200 testigos, luego de tres semanas de la somnolienta lectura de pruebas en la causa.

Como los citados fueron elegidos por la Fiscalía sin que se hicieran públicos sus nombres hasta último momento, la querella y la defensa volvieron a plantear sus quejas por la falta de tiempo para preparar las preguntas, e incluso uno de los abogados de Carrascosa acusó al fiscal Diego Molina Pico de jugar con "deslealtad procesal" en el caso. En el marco de esa puja, tres jóvenes estudiantes que vivían en el country Carmel ratificaron que aquel domingo, a las 18.10, vieron a María Marta, de jogging y piloto violeta, andar en bicicleta bajo la llovizna rumbo a su casa, hacia donde -metros antes- corría Nicolás Pachelo, el vecino al que la familia de la víctima apunta sus sospechas por sus antecedentes penales.