"Yo ante la adversidad me agrando, lo hice en mi época como jugador y ahora como técnico. Y también me agrando ante los malintencionados y no lo digo sólo por ustedes, los periodistas, sino por gente de adentro, que no son ni mi cuerpo técnico ni los utileros".
La sentencia de Reinaldo Merlo, esconde en realidad un manifiesto defensivo que refleja la inestabilidad por la que pasa Racing. En que los números son terminantes en este 2007: once partidos jugados, apenas una victoria, cuatro empates y seis caídas.
Ayer en conferencia de prensa, el entrenador sorprendió y brindó declaraciones que nadie esperaba. "Yo no me escapé ayer (por el domingo después del 0-1 con Argentinos en La Paternal). No hablé porque no daba el lugar para hacerlo. Yo soy un tipo muy intuitivo, es una de mis virtudes, entonces sé bien qué quieren ustedes (por los periodistas) que diga", apuntó Merlo.
El técnico criticó en especial a un medio periodístico (no lo mencionó) cuando habló de "malintencionados" y remarcó que se siente respaldado por el gerenciador de Blanquiceleste SA, Fernando De Tomaso, a pesar de que apuntó que "hay gente en el club que quiere que me vaya mal, pero no voy a dar nombres. Desde chiquito sé que no hay que ser policía ni ladrón".
El técnico reconoció además que sabe que en este ciclo en el club de Avellaneda está arriesgando su relación con la gente, que después del título le construyó una estatua. "Saben lo que es salir campeón después de 35 años en este club. Por eso, no le tengo miedo ni a la muerte", enfatizó.
Merlo también se refirió a la relación con sus dirigidos. "Los jugadores dejan todo dentro de la cancha y son los primeros que quieren salir de esta situación. El responsable de que el equipo no juegue bien soy yo", completó.
La cuestión es que Merlo resiste, sabe que está cercado por todos lados y que -de no conseguir un resultado positivo el viernes ante Arsenal- su continuidad en Avellaneda estará complicada.