BUENOS AIRES (Télam).- El tribunal que lleva adelante el juicio oral contra Carlos Carrascosa por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce, escuchará hoy a los diez primeros testigos que declararán en el proceso, mientras que familiares de la víctima se someterán a un examen de ADN.
Los testigos son las últimas personas que vieron a la víctima en el country Carmel de Pilar antes de ser asesinada en su casa el 27 de octubre de 2002 de seis disparos en la cabeza. Entre esas personas están Sofía Miguens, Jorge García Zabaleta y Augusto Lépori, tres socios del Carmel que en las canchas de tenis del club vieron a María Marta jugar con su amiga Viviana Binello a partir de las 16 y hasta que el partido se suspendió por la lluvia.
Pero los testigos más esperados serán tres adolescentes que alrededor de las 18.15 se cruzaron en las calles del Carmel con María Marta, cuando la socióloga regresaba a su casa en bicicleta luego de haber estado en lo de su cuñado Guillermo Bártoli, donde se vio el partido de fútbol entre River y Boca.
Estos chicos también son testigos clave de la defensa, ya que aseguraron que además de cruzarse con María Marta, también lo hicieron con Nicolás Pachelo, el principal sospechoso del
crimen para el viudo y la familia.
Otra declaración probable para la primera jornada es la de otra socia del Carmel, Marta Govea, que si bien aseguró en el country que ese día había visto a María Marta andando en bicicleta, cuando fue a declarar a la fiscalía, lo negó.
Por otra parte, cuatro familiares de la víctima que durante cuatro años se negaron a someterse a una extracción de sangre para compararla con la encontrada en la escena del crimen, se someterán al estudio en la asesoría pericial La Plata. A partir de las 9, se presentarán Horacio García Belsunce (hermano de María Marta), John e Irene Hurtig (hermanastros) y Guillermo Bártoli (cuñado).
Estos familiares se negaron sistemáticamente a la extracción de sangre porque durante la instrucción de la causa temían que sus patrones genéticos fueran manipulados por el fiscal Diego Molina Pico para incriminarlos.
Pero ahora, como la causa está en poder de un tribunal oral y también hay otros fiscales, los familiares aceptaron someterse al estudio.