Más de 700 personas continúan evacuadas en ciudades de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes a raíz de las inundaciones provocadas por la crecida del río Paraná, que generó preocupación en el sector ganadero por la gran cantidad de animales que no fueron mudados.

En la ciudad de Santa Fe, 332 personas de bajos recursos se encuentran evacuadas en albergues comunitarios que el gobierno acondicionó para albergar familias. Cinco pabellones comunitarios para alojar evacuados fueron ubicados a la vera de la ruta nacional 168 y dan cobijo a 71 familias, mientras otros once grupos fueron relocalizados en Colastiné Sur. Prefectura Naval informó que el nivel del río llegó ayer a 5,76 metros en el puerto santafesino.

El director provincial de Defensa Civil, Eduardo Wagner, informó tras recorrer la zona afectada por la inundación y los centros de alojamiento que el estado sanitario de los evacuados "es bueno y son permanentemente asistidos" por organismos estatales. La Secretaría de Gobierno municipal, por su parte, dispuso que el personal del Equipo Inmediato de Emergencia Social "realice guardias de 24 horas ante cualquier inconveniente".

En tanto, en Entre Ríos, donde mañana habrá elecciones, otras 300 personas seguían sin poder regresar a sus casas a raíz de las inundaciones y el temporal de la semana pasada, por lo cual reciben asistencia de Defensa Civil.

En el norte entrerriano, el departamento de Diamante atraviesa dificultades por la nueva crecida del río. El aumento del nivel del Paraná también "complicó la actividad" de los productores agropecuarios, dijo el presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de la provincia (Farer), José Basaldúa, quien advirtió que quedan "unas 50 ó 60.000 cabezas de ganado" para retirar de la zona. "De Paraná hacia el norte se ha logrado sacar casi toda la hacienda, pero de Paraná para abajo, Diamante es hoy la zona más complicada", dijo Basaldúa. (DyN)