RIO DE JANEIRO (AFP).- La ola de asesinatos de agentes de la Policía Militar (PM) en Río de Janeiro, que suman doce en siete días, llevó a los cuerpos de seguridad a desplegar controles más férreos en zonas conflictivas este viernes, y hasta revisar las mochilas de escolares que circulan por ellas.
Luego de que el jueves murieran otros dos efectivos del cuerpo y uno quedara gravemente herido, efectivos de la PM y la Policía Civil redoblaron su labor en suburbios, principalmente en la zona norte, en las favelas (barrios pobres), para aprehender a traficantes sospechosos de los ataques y confiscar armas y drogas. Así se realizaron varios operativos, entre ellos en la favela Vigario Geral (suburbio norte) cerca de donde fueron baleados dos PMs en su patrulla, en Jardim América, uno de los cuales murió y el otro está grave.
Imágenes de la policía exhiben en una favela del área a delincuentes fuertemente armados con subametralladoras y fusiles en pleno día e incluso se registró el momento en que obligan a un niño de ocho años a llevar en su mochila un arma de la banda. En lo que va de 2007 fueron abatidos 32 agentes del cuerpo. Además, la población está conmocionada por el aumento de violencia contra civiles y las víctimas de balas perdidas, siete personas incluidas dos niñas en menos de una semana.