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Miércoles 14 de Marzo de 2007
 
Edicion impresa pag. 20 y 21 > Opinion
Lecciones de ajedrez para la oposición neuquina

De las muchas teorías sobre quién inventó el ajedrez, la que tiene más adeptos dice que fue un indio llamado Sissa o Sissar. Durante años se ha hablado de una hermosa leyenda que relata cómo su personaje principal creó el juego.

La historia cuenta que en tiempos remotos vivía en la India en la apartada región de Taligana un generoso rey llamado Ladava, quien en una reciente batalla había perdido a su hijo, el príncipe Adjamir.

La tristeza y la angustia invadieron al rey sumiéndolo en un profundo estado de melancolía. Enterado de ello, un modesto joven llamado Sissa, del pueblo de Lahur, se dedicó a crear un juego tan interesante que pudiera distraer al rey de sus múltiples pesares, le hiciera comprender los errores de su campaña y le abriera nuevamente el corazón a la alegría. Presentado ante el soberano, Sissa procedió a abrir una caja en la que guardaba un hermoso tablero de 64 casillas y un juego de piezas de madera talladas. Seguidamente explicó a su rey que se trataba simplemente de un juego en el que participaban dos personas, quienes tendrían a su disposición dos ejércitos, cada uno de ellos igualmente constituido por la infantería, conformada por ocho piezas pequeñas llamadas peones, dos elefantes (artillería pesada), dos caballos (caballería), dos visires (consejeros) y una reina con su rey.

Tan sencilla y clara fue la presentación que pocas horas después el rey conocía ya las reglas básicas del invento de Sissa, el juego del ajedrez, y se animaba a invitar a sus ministros para jugar partidas en las que éstos pudieran exhibir su inteligencia y talento militar. Estas primeras partidas fueron muy provechosas porque enseñaron al rey sobre la necesidad de planificar las acciones, de luchar permanentemente por el logro de los objetivos y de sacrificar en ocasiones cosas valiosas en pro del bienestar de la mayoría. Además, aprendió sobre los errores cometidos en combate, lo que le permitió comprender la importancia de la muerte de su hijo, el príncipe Adjamir, en la victoria obtenida para la sobrevivencia del reino de Taligana.

El ajedrez es y será el juego del "poder" por excelencia. Algunos políticos lo saben. Saben que una contienda electoral no es ni más ni menos que una partida de ajedrez. Hoy, gran parte de la oposición neuquina necesita una reunión privada "en carácter de urgente" con el sabio indio Sissa. El Movimiento Popular Neuquino tiene absolutamente claro cómo se juega al ajedrez, quizá es lo único que tiene claro. En materia de políticas públicas, todos sabemos que no hizo mucho. Debemos ser conscientes del fracaso del Estado neuquino en manos del MPN: los hombres y mujeres pudientes de esta sociedad, aquellos que tienen la posibilidad de prescindir del Estado en manos del MPN, no envían a sus hijos a estudiar a las escuelas del MPN, no van al hospital del MPN, no viven en barrios bajo la seguridad del MPN y no toman el agua del MPN, entre otras cosas. El MPN es consciente de esto y también de las limitaciones de sus actuales fichas.

Igualmente, las piezas principales y secundarias están acomodadas y empezaron a moverse. Cada uno sabe qué tiene que hacer. Su objetivo es claro: ganar la partida. ¿Para qué? No es el objetivo de este artículo responder a esta pregunta.

¿Y qué pasa en la oposición? Quiroga es, sin duda, la pieza más importante. Es el único político que mide a la hora de enfrentar al MPN. Pero ¿se entiende el juego? ¿Se entiende que se necesitan peones, caballos, alfiles y torres dispuestos a trabajar como equipo? Como nos demuestra el ajedrez, lo más importante no es ser el rey sino tener bien en claro con qué fichas se cuenta permanentemente y cuál es la posición que ocupa cada una de ellas en relación con sus compañeras y su adversario y obrar en consecuencia en pos de un objetivo. ¿Se entiende el juego cuando se depositan expectativas en personas que se esfuerzan permanentemente por hacer lo único que está prohibido en el ajedrez, patear el tablero?

La oposición sólo discute el liderazgo del rey. En realidad, debiera discutir de una vez por todas cómo se juega en equipo para crear las condiciones serias de contienda política que Neuquén tanto necesita. El MPN sabe que en este juego de ajedrez tener un solo rival supone un alto riesgo. Es por eso que propone partidas simultáneas (hace 60 años Miguel Najdorf batía el record mundial de simultáneas a ciegas ante 45 rivales). Por lo pronto, en Neuquén ya hay dos contendientes más que dijeron que sí: Une y Alternativa K (siempre hay contendientes dispuestos a potenciar al campeón).

En política es más fácil enfrentar a cuarenta y cinco rivales detrás de cuarenta y cinco tableros que la misma cantidad de dirigentes detrás de un único tablero. En las partidas simultáneas suele ocurrir que un contrincante absolutamente desconocido logra derrotar al campeón. En términos políticos es imposible que esto ocurra en Neuquén; la oposición debería entender esto, aprender ajedrez y asimilar que la administración de políticas públicas no es un juego. Cuando las políticas públicas no son las adecuadas, la gente sufre y hasta se muere innecesariamente. Ese dolor debería movilizar a la oposición a trabajar en equipo. Para eso, se debe tener claro el objetivo, que no es únicamente voltear al rey adversario.

El objetivo de la oposición hoy es reconstruir la República y para ello debe asegurar la alternancia en el poder para luego mejorar las políticas públicas incorporando gestión, razonabilidad, honestidad y transparencia. El dolor de nuestros hermanos debe hacernos reflexionar. En el ajedrez sólo el campeón propone simultáneas y su objetivo es lucirse. Los retadores que aceptan el convite lo hacen para obtener notoriedad. Esos no son nobles objetivos.

El desafío es inmenso. Para eso se necesita conformar un equipo. Jugar en equipo demanda generosidad. Al igual que en el ajedrez, se deben sacrificar fichas en pos de objetivos superiores. Jugar en equipo significa conocer las limitaciones de cada uno y resignar apetencias personales. Así las cosas, un peón con su restricción de movimientos no puede pretender no ser sacrificado; los caballos, alfiles y torres de la izquierda tienen que trabajar en conjunto con sus pares de la derecha potenciando sus virtudes y la reina, por más gracia que tenga, no puede complicar al rey.

Sin nobles objetivos y sin generosidad, la oposición difícilmente ganará en Neuquén.

MARCELO BERMUDEZ (*)

Especial para "Río Negro"

(*) Concejal de la ciudad de Neuquén por Recrear.

 
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14/03/2007, 16:55:36

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nos dejo su opinion

GABRIEL MARCELO QUIROZ
Concejal: Realmente luego de su tremendo editorial, lamento enormemente que usted no sea concejal en la ciudad de Zapala, ese nivel intelectual y de coherencia es el que se necesita para legislar. Coincido ciento por ciento con su análisis y creo que la visión le tiene que servir a mas de uno que "el árbol, le está tapando un enorme bosque" Gracias por escribir de esta manera.
15/03/2007, 18:58:53

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nos dejo su opinion

Marcelo Bermudez
Gracias por el comentario. Pero seguramente Zapala podra elegir gente mas capaz que yo. Un abrazo Marcelo Bermudez
 
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