NEUQUEN (ACE).- La fiscalía federal de Neuquén solicitó que se amplíe la imputación a los militares (re) cuando se los cite a indagatoria por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar, y que se adicione la figura de "asociación ilícita" a la acusación existente.
En la causa que tiene a su cargo el juez federal Guillermo Labate, la mayoría de los imputados están acusados de "tormentos reiterados" y "privación ilegítima" de la libertad.
La semana pasada comenzaron las indagatorias con el mayor(re) Luis Alberto Farías Barrera, quien fue indagado por los delitos de "lesa humanidad" (tormentos reiterados y privación ilegítima de la libertad) y se le sumó la acusación de "asociación ilícita" por los mismos hechos investigados.
Las indagatorias continuarán con la presentación de los militares retirados Oscar Reinhold (mayor re) y Enrique
Braulio Olea (teniente coronel re), quienes fueron detenidos en Buenos Aires y Pilar; y serán trasladados a Neuquén para que se presenten ante Labate.
Por otra parte, trascendió que el juez federal resolvió además uno de los últimos planteos de la defensa de los imputados para frenar el proceso penal: rechazó el planteo de "cosa juzgada" que hizo el defensor de Reinhold.
Antes, Labate había rechazado otros recursos -como el de inconstitucionalidad de este proceso-, pero la presentación de Reinhold era uno de los últimos "escollos" judiciales para continuar con el proceso en marcha.
En opinión del juez, como los procesos judiciales nunca llegaron a sentencia y los imputados fueron desprocesados -por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida-: al no existir condena, no se puede anular la investigación ahora en marcha por "cosa juzgada".
Las indagatorias de esta etapa se centraron en los acusados por su responsabilidad en el funcionamiento del centro clandestino "La Escuelita" que funcionó en Neuquén. Según constancias en la causa, Farías Barrera atendía en el Comando a los familiares de los desaparecidos cuando iban a preguntar por ellos; mientras que operativamente acompañaba a detenidos - desaparecidos en el traslado hacia el centro clandestino o desde ese lugar hacia el Comando o la Unidad 9.
Reinhold era el jefe de inteligencia del Comando y uno de los responsables del funcionamiento de "La Escuelita" (se investiga si decidía ingresos y egresos de víctimas al lugar); mientras que el teniente coronel Olea era el máximo responsable del Batallón donde funcionó el centro clandestino.
La fiscalía solicitó para ellos y al resto de los militares involucrados en la investigación, que se le sume a la acusación, la figura de la "asociación ilícita" como integrantes de una "organización criminal destinada a la ejecución del plan represivo".