SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "La Chingolera" es el nombre tentativo del trabajo que reunió a toda una familia de músicos, Los Casalla, en un CD que servirá como registro y recuerdo de una historia prolífica en talento.
El material, que se encuentra en la última etapa de masterización, es una auténtica "joyita familiar" que guarda mucho de la historia del jazz y el rock nacional.
El disco es el eje de este reencuentro familiar, que se proyectará en más de una presentación local y una inminente gira del clan por Europa para presentar su material y disfrutar de la música juntos.
Días atrás brindaron un anticipo del material en un recital inédito que, por primera vez, tuvo a la familia en pleno sobre el escenario de la estación Araucanía desgranando, compartiendo los ritmos y géneros aprendidos y recreados en su enriquecedor camino artístico. "Es la primera vez que tocamos todos juntos" advirtió a "Río Negro", Carlos.
Un debut de lujo celebrado por el público que llenó la sala y acompañó la propuesta con muchos aplausos, silencio entusiasta y gestos de cariño.
Ese adelanto de lo que vendrá tuvo varios pasajes para guardar en la memoria, como el intercambio entre Chingolo y Eduardo, en un encuentro de percusión y batería poco frecuente que no se repetía desde hace años, o el solo de virtuoso baterista seguido con atenta mirada por su hijo Javier, su sobrino Carlos, su nieto Joaquín y Pablo Juni.
Desde lo estético "La Chingolera" es tan variado como los caminos que siguió cada miembro de la familia y el mayor desafío por estos días es trazar la línea que unirá y dará sentido al jazz, el rock, la música cubana y afroamericana que compone el repertorio.
"Tenemos hasta una chaya y una chacarera de Sixto Palavecino interpretada por Javier y Pablo Asnares a dos violines", anticipó Carlos, en su carácter de coordinador del proyecto.
El bajista relató que "estamos en los últimos tramos: la masterización y viendo a través de que sello lo vamos a editar. Ya tenemos contacto con algunas discográficas, Nebbia es uno de los que mostró in
terés y Javier tiene otras conexiones, también interesados, pero queremos hacerlo nosotros, que sea una producción independiente para preservar los derechos, porque esto es como un tesorito familiar" explicó.
La grabación tuvo su epicentro en los estudios de Superpatria, en esta ciudad y sorteó con éxito la dificultad fue reunir a todos los integrantes del clan mientras cumplían con apretadas agendas de actuación en Buenos Aires y otros escenarios del país.